En un contexto político marcado por el desgaste del actual Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular (PP), ha comenzado a movilizar su maquinaria electoral con la ambición de alcanzar los 10 millones de votos en las próximas elecciones. Esta cifra no es casual, ya que representa un objetivo que podría permitirle acceder a la presidencia del Gobierno, un sueño que ha perseguido desde que asumió el liderazgo del partido. La estrategia de Feijóo se basa en atraer tanto a votantes de la izquierda moderada como a aquellos de la derecha, en un intento de consolidar su posición en un panorama electoral cada vez más competitivo.
La reciente convocatoria de una manifestación bajo el lema ‘Democracia o mafia’, programada para el 8 de junio en Madrid, es un claro indicativo de su intención de canalizar el descontento ciudadano hacia su figura. Este evento contará con la presencia de expresidentes del Gobierno, como José María Aznar y Mariano Rajoy, lo que añade un peso histórico a su campaña. Feijóo busca así no solo movilizar a su base, sino también atraer a aquellos ciudadanos que se sienten decepcionados con la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez.
### Estrategia de Atracción de Votantes
Feijóo ha diseñado una estrategia que podría describirse como ‘atrapalotodo’, con el objetivo de interpelar a diferentes sectores del electorado. En este sentido, su equipo ha identificado un flujo significativo de votantes socialistas que, según las encuestas, están considerando cambiar su voto hacia el PP. En concreto, un 6,9% de quienes apoyaron a Sánchez en las elecciones del 23 de julio de 2023 ahora se inclinan por Feijóo, lo que representa más de medio millón de votos potenciales que el líder del PP está decidido a captar.
Además, Feijóo no descuida a los votantes de Vox, un partido que, aunque ha mantenido su base, presenta oportunidades para el PP si se logra un mensaje claro de cambio de Gobierno. En sus intervenciones, ha enfatizado que los votantes de Vox deben entender que su voto al PP es un voto por el cambio, lo que podría ser crucial en un escenario electoral donde la fragmentación del voto puede jugar un papel determinante.
La referencia a las elecciones generales de 2000 y 2011, donde Aznar y Rajoy lograron mayorías absolutas con cifras similares a las que Feijóo busca alcanzar, es un componente clave de su narrativa. Estas comparaciones no solo sirven para inspirar a su base, sino que también buscan establecer un paralelismo entre su liderazgo y el de sus predecesores exitosos.
### La Preparación para el Futuro
Con la mirada puesta en las elecciones de 2026, Feijóo se prepara para una doble cita electoral en Castilla y León y Andalucía, dos regiones donde el PP tradicionalmente ha tenido un fuerte apoyo. Sin embargo, el líder del PP también es consciente de que el camino hacia la Moncloa no será fácil. A pesar de que muchos en su entorno creen que Sánchez completará su legislatura, la posibilidad de elecciones anticipadas siempre está presente, lo que añade un sentido de urgencia a su estrategia.
Feijóo ha manifestado su intención de gobernar en solitario si logra una mayoría suficiente, un enfoque que recuerda a la estrategia de Aznar en 1996. En esa ocasión, el PP formó un gobierno en minoría que, aunque no contaba con una mayoría absoluta, logró establecer alianzas estratégicas que le permitieron gobernar. Esta experiencia es un referente que Feijóo tiene en mente mientras planifica su campaña.
La próxima reunión del congreso nacional del PP en julio será un momento clave para actualizar el ideario del partido y sentar las bases de su futuro programa electoral. Feijóo busca no solo ganar las elecciones, sino hacerlo de manera contundente, aspirando a una victoria que le permita implementar su agenda sin depender de otros partidos.
En resumen, la estrategia de Feijóo se centra en movilizar a un electorado descontento, atraer a votantes de diferentes espectros políticos y preparar al PP para una contienda electoral que podría definir el futuro político de España. Con un enfoque claro y una ambición palpable, el líder del PP se posiciona como un contendiente serio en la lucha por la Moncloa.