El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha salido al paso de las acusaciones que lo señalan como promotor de la deportación de ocho millones de inmigrantes en España. En un mensaje publicado en la red social X, Abascal ha desmentido categóricamente estas afirmaciones, subrayando que su partido no ha establecido un número específico de inmigrantes que deberían ser expulsados, ya que, según él, «simplemente no lo sabemos». Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión en torno a la política migratoria del partido, especialmente tras una reciente rueda de prensa donde se discutieron propuestas de repatriación masiva.
La portavoz de Asuntos de Interior de Vox, Samuel Vázquez, y la diputada Rocío de Meer, habían mencionado cifras que han generado un amplio debate. Vázquez sugirió que las repatriaciones masivas podrían ser la solución «menos mala» ante el aumento de la inmigración, mientras que De Meer se refirió a la llegada de más de siete millones de inmigrantes, incluyendo a la segunda generación, en un corto periodo de tiempo. Estas declaraciones han sido interpretadas por algunos sectores como un intento de alarmar a la población sobre la situación migratoria en el país.
Abascal ha enfatizado que la postura de Vox es clara: el partido busca expulsar a aquellos inmigrantes que hayan cometido delitos, que vivan del esfuerzo de los demás, o que intenten imponer una religión que no respeta las normas del país. «No sabemos cuántos son. Cuando lleguemos al Gobierno, lo sabremos. Y se irán todos», ha afirmado, convencido de que los inmigrantes legales que cumplen con las normas también apoyarán estas medidas.
La portavoz parlamentaria de Vox, Pepa Millán, ha respaldado esta narrativa, argumentando que las cifras sobre inmigración son difíciles de determinar y que cualquier estimación es solo eso, una aproximación. Millán ha insistido en que su partido no aboga por la expulsión de millones de personas sin razón, sino que busca que la inmigración sea «legal, ordenada y acorde a un contexto económico, social y cultural». En este sentido, ha criticado al gobierno actual por permitir que la situación se descontrole y por no gestionar adecuadamente los trámites de asilo, lo que ha llevado a muchos inmigrantes a una situación precaria.
La propuesta de Vox de repatriar a millones de migrantes ha sido calificada por algunos como una medida extrema. Sin embargo, los líderes del partido defienden que su enfoque está alineado con la ley de extranjería y el ordenamiento jurídico español. Millán ha señalado que el actual gobierno ha convertido estas leyes en «papel mojado» con su política de puertas abiertas, lo que, según ella, ha contribuido a la crisis migratoria.
La discusión sobre la inmigración en España ha cobrado fuerza en los últimos años, especialmente con el aumento de la llegada de personas de diferentes orígenes. Vox ha capitalizado este descontento, posicionándose como un partido que promete tomar medidas drásticas para controlar la situación. Abascal ha afirmado que su partido es el único que garantiza que no se permitirá la permanencia de inmigrantes ilegales en el país, lo que ha resonado con una parte significativa de la población que se siente amenazada por la percepción de inseguridad asociada a la inmigración.
En medio de esta controversia, la respuesta de Vox ha sido clara: no se trata de un ataque a la inmigración en general, sino de una defensa de la seguridad y los valores españoles. Abascal ha reiterado que su objetivo es proteger a las familias españolas y asegurar que aquellos que vienen a España lo hagan de manera legal y respetuosa. La retórica del partido ha encontrado eco en un sector de la población que se siente cada vez más frustrado con la gestión de la inmigración y la seguridad en el país.
La política migratoria de Vox ha generado un intenso debate en la sociedad española, polarizando opiniones y dividiendo a la población. Mientras algunos apoyan las propuestas del partido como una necesidad urgente, otros las ven como una forma de xenofobia y discriminación. La situación actual plantea preguntas sobre cómo se gestionará la inmigración en el futuro y qué medidas se implementarán para abordar las preocupaciones de seguridad y convivencia en un país cada vez más diverso.
A medida que se acercan las elecciones, es probable que la inmigración siga siendo un tema central en la agenda política. Vox, con su enfoque directo y contundente, parece decidido a mantener el tema en el centro del debate, buscando consolidar su base de apoyo y atraer a aquellos que comparten sus preocupaciones sobre la inmigración y la seguridad en España.
