En un mundo donde el turismo convencional a menudo deja una huella ecológica significativa, un grupo de mujeres ha decidido desafiar las normas y explorar el planeta de maneras más sostenibles. A través de viajes a pie, en bicicleta o en barco, estas aventureras han encontrado formas de conectarse con el entorno y con las personas que conocen en el camino. Sus historias no solo son inspiradoras, sino que también ofrecen una nueva perspectiva sobre lo que significa viajar en la actualidad.
### La Revolución del Viaje Lento
El concepto de viajar lento ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente entre aquellos que buscan una conexión más profunda con los lugares que visitan. Este enfoque se aleja de las prisas y del turismo masivo, permitiendo a los viajeros experimentar el mundo de una manera más auténtica. Las mujeres que han optado por esta forma de viajar comparten un deseo común: explorar sin dejar una huella negativa en el medio ambiente.
Sara Qiu es un ejemplo perfecto de esta filosofía. En 2022, decidió pedalear desde Zaragoza hacia Asia, sin un destino final claro, pero con la intención de descubrir sus raíces en China. Durante casi tres años, recorrió 16,000 kilómetros, cruzando 15 países y viviendo experiencias que la transformaron. «La bicicleta no solo es un medio de transporte; es una excusa para hablar con desconocidos y conectar con la gente», explica Sara. Su viaje no solo fue físico, sino también emocional, ya que enfrentó la pérdida de su abuela en el camino, lo que le dio un nuevo sentido a su travesía.
Isabel Vázquez, por su parte, emprendió un viaje en bicicleta por América Latina que la llevó a recorrer 15,000 kilómetros en dos años. Lo que comenzó como una aventura en solitario se convirtió en una travesía compartida con Pablo García. Juntos, documentaron realidades medioambientales y vivieron momentos inolvidables, desde el desove de tortugas hasta la majestuosidad del Salar de Uyuni. Isabel reflexiona sobre cómo el viaje le permitió romper con su vida anterior y encontrar una forma de vida más auténtica y conectada con el entorno.
### Navegando hacia la Sostenibilidad
La sostenibilidad también se ha convertido en un pilar fundamental para muchas de estas viajeras. Sheila Baldoví soñaba con dar la vuelta al mundo sin prisas ni contaminación. En 2019, zarpó desde Gran Canaria en un catamarán, practicando el barcoestop, una forma de viajar que le permitió navegar por el Atlántico, el Caribe y el Pacífico. Durante dos años, vivió una aventura única, aprendiendo a adaptarse a la vida en el mar y a vivir de manera sostenible. «Viajar en barco me cambió por completo. Es lento, sostenible y te obliga a fluir con lo que hay», comparte Sheila, quien ahora vive en un velero y considera esta forma de vida como su nueva normalidad.
Raquel Ferrando también eligió un enfoque diferente al cruzar España a pie y haciendo autoestop. Durante nueve meses, se propuso no gastar ni un euro en transporte ni alojamiento, enfrentándose a sus miedos y descubriendo la bondad de las personas en el camino. «Quería demostrarme que podía hacerlo. Que hay más gente buena que mala», dice Raquel, quien encontró en su travesía una forma de conectar con su propia esencia.
Guadalupe Muñoz, por su parte, emprendió un viaje a pie hasta Montenegro, eligiendo las rutas más montañosas para sentir el viaje en su cuerpo. A través de su experiencia, Guadalupe reflexiona sobre la importancia de la lentitud en el viaje, permitiendo una conexión más profunda con uno mismo y con la naturaleza. «Caminar tiene ese ritmo natural que te obliga a ir más lento, a observar más», explica, resaltando cómo esta experiencia le permitió reconectar con su interior.
### Un Nuevo Paradigma de Viaje
Las historias de estas mujeres no solo son inspiradoras, sino que también representan un cambio de paradigma en la forma en que concebimos el viaje. En un momento en que las alertas climáticas son cada vez más urgentes y los destinos populares se saturan, estas viajeras nos muestran que es posible explorar el mundo de una manera más consciente y respetuosa. Al elegir viajar lento y sin contaminar, están abriendo un camino hacia un turismo más sostenible y humano.
Cada una de estas aventureras ha encontrado su propia forma de viajar, pero todas comparten un hilo común: la convicción de que el viaje es tanto sobre el destino como sobre el proceso. En un mundo donde la velocidad y la eficiencia a menudo dominan, estas mujeres nos recuerdan que a veces, lo más valioso es simplemente disfrutar del camino.