El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado recientemente su decisión de duplicar los aranceles a la importación de acero y aluminio, llevándolos del 25% al 50%. Esta medida, que entrará en vigor el 4 de junio, busca proteger la producción nacional y fortalecer la industria siderúrgica del país. Desde su regreso a la presidencia en enero, Trump ha implementado aranceles generalizados que han alterado el orden comercial mundial y generado incertidumbre en los mercados financieros.
En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump expresó su entusiasmo por esta decisión, afirmando que es un «gran honor» aumentar los aranceles y que esto representa una buena noticia para los trabajadores del acero y el aluminio. Este anuncio se realizó en una planta de US Steel en Pensilvania, un estado clave en términos electorales y un bastión de la industria siderúrgica estadounidense. Durante su discurso, Trump enfatizó que «nadie va a eludir eso», mientras los trabajadores presentes mostraban su apoyo coreando «¡USA, USA!».
Según datos de la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos, Brasil fue el segundo mayor exportador de acero a Estados Unidos entre marzo de 2024 y febrero de 2025, seguido por México. Canadá se mantiene como el principal proveedor. En cuanto al aluminio, Argentina, bajo la presidencia de Javier Milei, se posicionó como el sexto exportador a Estados Unidos en 2024, con más de 176,000 toneladas.
Estados Unidos depende de las importaciones para aproximadamente la mitad del acero y el aluminio que utiliza en diversas industrias, incluyendo la automotriz, la aeronáutica y la petroquímica. Trump también se refirió a la reciente fusión entre US Steel y la empresa japonesa Nippon Steel, asegurando que la compañía permanecerá bajo control estadounidense y que no habrá despidos ni externalización de puestos de trabajo como resultado del acuerdo.
A pesar de las promesas de Trump, la fusión ha suscitado preocupaciones entre los líderes sindicales, quienes han expresado su inquietud sobre el impacto en la seguridad nacional y la sostenibilidad de las instalaciones de US Steel. David McCall, un alto directivo del sindicato United Steelworkers (USW), advirtió que aunque los discursos políticos son fáciles de hacer, lograr compromisos vinculantes es un desafío. McCall también destacó la historia de Nippon Steel en violar leyes comerciales estadounidenses, lo que añade una capa de incertidumbre al acuerdo.
Trump ha afirmado que la fusión podría generar al menos 70,000 empleos y aportar 14,000 millones de dólares a la economía estadounidense. Sin embargo, los líderes sindicales han cuestionado cómo se distribuirán esos fondos y si beneficiarán a las plantas representadas por el sindicato. La propuesta de venta de US Steel a Nippon Steel, valorada en 14,900 millones de dólares, había sido bloqueada anteriormente por el expresidente Joe Biden por razones de seguridad nacional.
La decisión de Trump de aumentar los aranceles se produce en un contexto de creciente tensión comercial y económica. Las medidas proteccionistas han sido criticadas por algunos economistas y líderes empresariales, quienes advierten que podrían desencadenar represalias de otros países y afectar negativamente a los consumidores estadounidenses. La incertidumbre en torno a los aranceles también ha llevado a fluctuaciones en los precios del acero y el aluminio en los mercados internacionales.
En resumen, el anuncio de Trump de duplicar los aranceles al acero y al aluminio es un movimiento audaz que busca fortalecer la industria nacional, pero que también plantea interrogantes sobre su impacto en el comercio global y la economía estadounidense. La reacción de los mercados y de los países exportadores será crucial para determinar las consecuencias a largo plazo de esta decisión.