La situación en Siria se ha vuelto más tensa en los últimos días, especialmente en la región del sur del país, donde los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y las milicias drusas han dejado un saldo trágico de cerca de 300 muertos. Ahmed al Sharaa, el presidente interino sirio, ha declarado que la protección de la minoría drusa será una de las prioridades de su administración. Esta declaración se produce tras la firma de un alto el fuego entre Damasco y las milicias drusas, que se produjo después de días de intensos combates y violencia sectaria.
La ciudad de Sweida, considerada la capital de la minoría drusa en Siria, ha sido el epicentro de estos enfrentamientos. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, entre los fallecidos se encuentran varios civiles, víctimas de ataques por parte de soldados y milicianos leales al Gobierno de Al Sharaa. Este nuevo líder sirio asumió el poder tras la caída de Bashar al Asad en diciembre pasado, y su gobierno enfrenta el desafío de controlar a las numerosas milicias exrebeldes que ahora forman parte del nuevo Ejército regular sirio.
En un discurso reciente, Al Sharaa enfatizó que su administración no teme a la guerra y que está dispuesta a defender a sus conciudadanos. Sin embargo, también subrayó que los intereses de los sirios deben prevalecer sobre el caos y la destrucción. Esta declaración se produce en un contexto de ataques y bombardeos constantes por parte de Israel, que han intensificado la crisis en la región.
### Bombardeos Israelíes y la Respuesta de Damasco
La situación se complicó aún más cuando Israel llevó a cabo bombardeos en Damasco, atacando el cuartel general del Ministerio de Defensa sirio y las cercanías del palacio presidencial de Al Sharaa. Este tipo de ataques no tiene precedentes, ya que nunca antes el Estado hebreo había atacado de esta manera la capital siria, ni siquiera durante los años de guerra civil bajo el régimen de Al Asad.
El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, ha justificado estos ataques como una medida para proteger a la minoría drusa, que también tiene presencia en el Líbano e Israel. Sin embargo, las acciones de Israel han sido vistas como un intento de desestabilizar aún más a Siria, debilitando al nuevo gobierno y fomentando un entorno de caos. Se ha informado que Netanyahu ha intentado convencer a líderes estadounidenses de que mantengan a Siria como un país debilitado y descentralizado, utilizando ataques y bombardeos como herramientas de presión.
La comunidad internacional ha reaccionado ante esta escalada de violencia. Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, ha instado a Israel a contener sus ataques y a buscar soluciones pacíficas. En su discurso, Al Sharaa también se dirigió a la comunidad drusa, rechazando cualquier intento de que caigan bajo el control de grupos externos, lo que refleja la creciente preocupación por la influencia israelí en la región.
### El Alto el Fuego y la Mediación Internacional
A pesar de la violencia, se ha logrado un alto el fuego en Sweida, gracias a la mediación de Estados Unidos, Turquía y varios países árabes. Este acuerdo, que fue alcanzado con algunas de las milicias drusas, implica que las fuerzas de Damasco se retirarán de la región, que ahora estará bajo el control de las milicias drusas y cuerpos policiales del gobierno central. Sin embargo, este acuerdo no incluye a la milicia del sheij Hikmat al Hajri, que cuenta con el apoyo de Israel, lo que podría complicar aún más la situación en el futuro.
El alto el fuego es un paso positivo, pero la inestabilidad en la región sigue siendo alta. Las tensiones sectarias y la lucha por el poder entre diferentes facciones continúan siendo un desafío significativo para el nuevo gobierno de Al Sharaa. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollan los acontecimientos en Siria, donde la paz parece aún lejana.
La situación en Siria es un recordatorio de las complejidades del conflicto en la región, donde las luchas internas, las intervenciones extranjeras y las dinámicas sectarias crean un entorno volátil. A medida que el nuevo gobierno interino intenta establecer su autoridad y proteger a las minorías, la amenaza de la violencia y la inestabilidad persiste, lo que plantea preguntas sobre el futuro del país y la región en su conjunto.