En un movimiento que ha captado la atención del sector financiero, Telefónica, bajo la dirección de su nuevo presidente ejecutivo, Marc Murtra, ha decidido implementar una reducción en su dividendo. Este anuncio, que se espera formalizar en el nuevo plan estratégico que se presentará el 4 de noviembre, marca un cambio significativo en la política de retribución de la compañía, que históricamente ha sido conocida por su generosa distribución de dividendos. Según fuentes cercanas a la empresa, la reducción del dividendo se ajustará de un estimado del 6,6% para 2025 y 2026 a un 4,8% para este año y un 5,2% para el próximo. Este ajuste busca alinear a Telefónica con la media de sus competidores en el sector, al tiempo que refuerza su balance y libera capital para futuras inversiones.
La decisión de recortar el dividendo ha sido discutida internamente con los principales accionistas, lo que indica un consenso sobre la necesidad de adoptar una postura más conservadora en un entorno económico incierto. Murtra, quien asumió el cargo en enero, ha enfatizado la importancia de la disciplina financiera y la necesidad de promover operaciones de consolidación en el mercado europeo de telecomunicaciones. Aunque ha habido especulaciones sobre posibles adquisiciones, como Zegona Communications Plc y 1&1 AG, la compañía ha indicado que no se centrará en grandes compras en el corto plazo.
### Un Cambio en la Política de Dividendos
La reducción del dividendo representa un giro notable en la estrategia de Telefónica, que solo ha recortado su dividendo en tres ocasiones en los últimos 30 años: en 1998, 2012 y un ajuste temporal en 2020. Este cambio es significativo no solo por la cantidad, sino también por el mensaje que envía al mercado sobre la dirección futura de la empresa. La compañía ha estado trabajando para reducir su deuda, que ha disminuido en aproximadamente 23.000 millones de euros en los últimos nueve años, pero aún se encuentra entre las telecomunicaciones más endeudadas de Europa.
El nuevo plan estratégico de Murtra también incluirá medidas para simplificar la organización y mejorar la eficiencia operativa. Esto podría implicar ajustes en la plantilla, reducción de costos y un mayor uso de inteligencia artificial en procesos internos. La reestructuración de las áreas de tecnología e infraestructuras también se contempla como parte de esta estrategia integral.
### Estrategia de Desinversión en América Latina
Paralelamente a la reestructuración de su política de dividendos, Telefónica ha estado llevando a cabo una estrategia de desinversión en el mercado latinoamericano. Recientemente, la compañía finalizó la venta de su filial en Ecuador a Millicom por 329 millones de euros, lo que refleja su intención de reducir su exposición en esta región. Esta decisión se alinea con la tendencia de muchas empresas de telecomunicaciones de concentrarse en mercados más rentables y menos volátiles.
La venta de activos en América Latina no solo ayuda a Telefónica a reducir su deuda, sino que también le permite concentrarse en su negocio principal en Europa, donde busca fortalecer su posición en un mercado cada vez más competitivo. La consolidación en el sector de telecomunicaciones europeo es un objetivo clave para Murtra, quien ha expresado su deseo de colocar a Telefónica en el centro de este proceso.
A medida que la compañía se prepara para presentar su nuevo plan estratégico, los inversores y analistas estarán atentos a cómo estos cambios impactarán en la rentabilidad a largo plazo de Telefónica. La reducción del dividendo, aunque puede ser vista como un sacrificio a corto plazo, podría ser una estrategia necesaria para asegurar un crecimiento sostenible en el futuro. Con un enfoque renovado en la disciplina financiera y la eficiencia operativa, Telefónica está tratando de adaptarse a un entorno de mercado en constante cambio y a las demandas de sus accionistas.
La presentación del nuevo plan estratégico el 4 de noviembre será un momento crucial para la compañía, ya que se espera que revele detalles sobre cómo Telefónica planea navegar por los desafíos del mercado y aprovechar las oportunidades de crecimiento en el futuro. La comunidad inversora estará observando de cerca las medidas que se implementarán para garantizar que la empresa no solo mantenga su posición en el mercado, sino que también mejore su rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo.
