El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha presentado recientemente un ambicioso plan que busca fortalecer la industria de defensa del país y establecer medidas de contingencia ante posibles aranceles impuestos por Estados Unidos. Este anuncio se produce en un contexto geopolítico cambiante, marcado por la invasión de Rusia a Ucrania y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, lo que ha generado incertidumbre sobre el apoyo estadounidense a Europa.
Sánchez, en su intervención ante el Congreso de los Diputados, enfatizó la necesidad de que España y Europa asuman un papel más activo en la defensa de sus propios intereses. «Ya no podemos asumir que nos van a proteger nuestros cielos, infraestructuras y fronteras. Tendremos que hacerlo nosotros y de forma inteligente, eficaz y coordinada», afirmó, abogando por una mayor integración en materia de seguridad y defensa a nivel europeo.
El Plan Nacional de Desarrollo de la Tecnología e Industria de Defensa, que se implementará antes del verano, tiene como objetivo aprovechar los fondos del Plan de Recuperación y concentrar la inversión necesaria para cumplir con los compromisos europeos en este ámbito. Este programa no solo busca modernizar el equipamiento de las Fuerzas Armadas, sino también fomentar la colaboración entre el sector público y privado en proyectos de defensa.
Sánchez también subrayó la importancia de combatir la desinformación de actores extranjeros y contribuir a iniciativas comunitarias de disuasión, especialmente en áreas estratégicas como la inteligencia y la logística. «Los europeos y los españoles no somos una amenaza para nadie, pero tampoco queremos sentirnos amenazados», declaró, reafirmando el compromiso de España con la defensa de su modelo de vida.
Sin embargo, el presidente evitó proporcionar detalles concretos sobre el aumento del gasto militar, indicando que esto dependerá de los recursos que la Unión Europea esté dispuesta a ofrecer. A pesar de que España se comprometió con la OTAN a alcanzar un gasto del 2% del PIB en defensa, Sánchez destacó que aún se están evaluando las propuestas de la Comisión Europea para determinar cómo se financiará este incremento.
En cuanto a la respuesta a los aranceles anunciados por Trump, Sánchez afirmó que el Gobierno está preparando contramedidas y un Plan Nacional de Contingencia para apoyar a los sectores económicos que puedan verse afectados. «No queremos una guerra comercial, pero si tenemos que darla, estamos preparados para librarla», advirtió, al tiempo que enfatizó la necesidad de diversificar las relaciones comerciales con otros países, como China y Vietnam.
El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, criticó la tardanza de Sánchez en comparecer ante el Parlamento y cuestionó la falta de un plan claro de defensa. Feijóo argumentó que la división dentro del Gobierno, especialmente entre los socios de coalición, podría obstaculizar el avance en la política de defensa. «Cómo vamos a comprometernos con la OTAN si la mitad del Gobierno quiere salirse», afirmó, sugiriendo que el verdadero obstáculo para aumentar el gasto en defensa es la falta de consenso interno.
A medida que el Gobierno español avanza en estas iniciativas, la presión por parte de la oposición y la necesidad de una respuesta unificada ante los desafíos globales se hacen más evidentes. La estrategia de Sánchez no solo busca fortalecer la defensa nacional, sino también asegurar que el bienestar social no se vea comprometido en el proceso. «Este esfuerzo de seguridad no se hará en detrimento del Estado del bienestar», concluyó, dejando claro que la seguridad y el bienestar social deben coexistir en la agenda política del país.