El Algarve, conocido por sus impresionantes playas y acantilados, también esconde tesoros en su interior. Uno de estos lugares es Monchique, un encantador pueblo situado en la sierra que lleva su nombre. A tan solo 25 kilómetros de Portimão, Monchique se alza a unos 400 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo un paisaje montañoso cubierto de bosques de castaños, alcornoques y eucaliptos. Este destino es ideal para aquellos que buscan una experiencia diferente en el Algarve, lejos de las multitudes de turistas que frecuentan la costa.
La arquitectura de Monchique es un reflejo de la tradición del Algarve, con sus casas de paredes blancas y detalles en piedra tallada. Pasear por sus calles estrechas es una invitación a perderse en un laberinto de historia y cultura. Entre los puntos destacados se encuentra la Igreja Matriz, una iglesia del siglo XVI que presenta un pórtico manuelino adornado con motivos vegetales y náuticos. También se pueden visitar las ruinas del Convento de Nossa Senhora do Desterro, fundado en 1631 y que sufrió daños significativos durante el terremoto de 1755.
Más allá de su atractivo histórico, Monchique alberga un famoso complejo termal conocido como Caldas de Monchique. Este enclave, que ha sido valorado desde la época romana, es famoso por sus aguas termales que brotan a temperaturas entre 29 y 31 °C. Estas aguas son reconocidas por sus propiedades terapéuticas, especialmente para afecciones respiratorias y reumáticas. El complejo actual combina instalaciones modernas con el encanto de un balneario de montaña, ofreciendo tratamientos de hidroterapia, spa y masajes en un entorno natural que invita a la relajación.
El turismo de bienestar en Caldas de Monchique ha crecido en popularidad, especialmente fuera de la temporada alta, cuando el ambiente es más tranquilo y sereno. Los visitantes pueden disfrutar de la calidad del agua, rica en bicarbonato y flúor, mientras se sumergen en la belleza de la naturaleza circundante.
Monchique no solo es un destino para quienes buscan relajarse, sino que también es un paraíso para los amantes del senderismo. Las rutas señalizadas atraviesan bosques frondosos y conectan pequeños núcleos rurales, ofreciendo la oportunidad de explorar la biodiversidad de la región. Una de las rutas más populares es el ascenso al pico Fóia, el punto más alto del Algarve, que permite a los excursionistas disfrutar de vistas panorámicas que se extienden desde la costa atlántica hasta las sierras del Alentejo. Otra ruta menos concurrida lleva a la Picota, que ofrece igualmente vistas impresionantes y la posibilidad de descubrir fuentes naturales y terrazas agrícolas.
Para llegar a Monchique desde Portimão, se puede tomar la carretera N266, un trayecto que dura aproximadamente 35 minutos. Desde Faro, el viaje es un poco más largo, con una duración estimada de 1 hora y 10 minutos por la vía A22. Este acceso relativamente fácil hace de Monchique un destino ideal para una escapada de un día o un fin de semana, donde los visitantes pueden disfrutar de la tranquilidad y la belleza del interior del Algarve, lejos del bullicio de las playas.
En resumen, Monchique es un destino que ofrece una experiencia única en el Algarve, combinando naturaleza, cultura y bienestar. Con su rica herencia arquitectónica, sus aguas termales y sus rutas de senderismo, este encantador pueblo es una joya escondida que merece ser explorada por aquellos que buscan algo más que las típicas vacaciones de playa.