La escena musical española ha sido testigo de un renacer flamenco en los últimos años, y en el corazón de este movimiento se encuentra Miguel Morán, un promotor cultural que ha sabido combinar su pasión por la música con su visión innovadora. Desde sus inicios como camarero en el emblemático tablao Casa Patas hasta convertirse en el director de festivales de renombre, Morán ha dejado una huella indeleble en el panorama musical del país.
**Un Viaje desde el Flamenco hasta los Festivales**
Nacido en el pueblo leonés de San Facundo, Morán creció en un entorno donde el flamenco resonaba en su hogar. Sin embargo, fue en Madrid, trabajando en Casa Patas, donde realmente se enamoró de este arte. “Durante las actuaciones no se podían servir bebidas, así que pude empaparme de todo y escuchar a los más grandes”, recuerda. Esta experiencia lo llevó a entender la esencia del flamenco y a soñar con llevarlo a nuevas audiencias.
En 1995, junto a su hermano, fundó el Festival de Benicassim, un evento pionero que marcó un antes y un después en la música independiente en España. “Queríamos hacer algo para que pudieran tocar los grupos que nos gustaban”, explica Morán. Este festival no solo se convirtió en un referente para la música indie, sino que también sentó las bases para su futura incursión en el flamenco.
**Bierzo al Toque: Un Festival que Revitaliza la Cultura Flamenca**
En 2014, Morán lanzó Flamenco On Fire en Pamplona, un festival que buscaba mostrar la riqueza del flamenco a un público más amplio. Sin embargo, su proyecto más reciente, Bierzo al Toque, ha sido el que ha capturado la atención de la comunidad cultural. Este festival, que se celebra en la antigua Sala de las Turbinas, ha logrado consolidarse en su tercera edición, vendiendo más de 1,300 entradas para un concierto que incluyó a artistas de renombre como Tomatito y Alba Heredia.
La Sala de las Turbinas, que alguna vez fue un motor económico en la región, ha sido transformada por Morán en un espacio vibrante que celebra el flamenco en todas sus formas. Desde actuaciones de grandes figuras como Carmen Linares hasta sesiones de DJ y talleres infantiles, Bierzo al Toque ha logrado atraer a un público diverso, mostrando que el flamenco puede resonar con todos.
Morán ha sido claro en su convicción de que “el flamenco le puede gustar a cualquiera”. Su enfoque ha sido llevar esta forma de arte a lugares donde tradicionalmente no se ha escuchado, rompiendo barreras y creando una comunidad en torno a la música flamenca. “Sólo se necesitan sitios donde exponerlo”, afirma, destacando la importancia de la accesibilidad en la cultura.
**La Filosofía de un Promotor Cultural**
La filosofía de Morán se basa en hacer las cosas con pasión y dedicación. “No hay más fórmula secreta que hacer las cosas bien hechas y de corazón”, asegura. Esta ética de trabajo ha sido fundamental para el éxito de sus festivales, donde la calidad y la autenticidad son primordiales. Además, su capacidad para crear comunidad ha sido reconocida por colegas y artistas, quienes valoran su valentía para innovar en un sector que a menudo se aferra a estructuras tradicionales.
El apoyo de figuras clave en el mundo del flamenco, como José María Velázquez-Gaztelu y Arcángel, ha sido crucial para el crecimiento de Bierzo al Toque. Morán reconoce la importancia de cuidar a los artistas y a todos los involucrados en el proceso, creando un ambiente de colaboración y respeto que se refleja en la calidad de los eventos.
A medida que el flamenco sigue evolucionando, la visión de Morán se mantiene firme: “Estoy convencido de que el flamenco tiene la suficiente fuerza como para triunfar donde sea”. Su compromiso con la música y su deseo de compartirla con el mundo son lo que lo distingue como un verdadero pionero en la promoción cultural.
Miguel Morán no solo ha sido un testigo del renacer del flamenco en España, sino que ha sido un actor clave en su revitalización. Su historia es un testimonio de cómo la pasión y la dedicación pueden transformar no solo la vida de un individuo, sino también la cultura de una comunidad entera. Con cada festival que organiza, Morán continúa demostrando que el flamenco no es solo un género musical, sino una forma de vida que merece ser celebrada y compartida con todos.