En el dinámico mundo de la industria automotriz, China se ha convertido en el epicentro de la innovación en vehículos eléctricos (VE). La reciente presentación del SUV Fang Cheng Bao Titanium 3 por parte de BYD, que incluye un dron DJI, es solo un ejemplo del rápido avance tecnológico que está transformando el mercado. Este fenómeno ha llevado a una intensa competencia entre los principales fabricantes de vehículos eléctricos, quienes buscan no solo dominar las ventas, sino también establecerse como líderes en tecnología y sostenibilidad.
Los diez principales fabricantes de vehículos eléctricos están ganando terreno en el mercado, gracias a sistemas de recarga más rápidos y autónomos. Se estima que las ventas de vehículos eléctricos en China aumentarán un 20% este año, alcanzando los 12,5 millones de unidades. Este crecimiento se produce en un contexto donde el 78% de las ventas están concentradas en solo diez empresas, siendo BYD la más destacada con un 27% del mercado, según datos de HSBC.
La competencia se ha intensificado a medida que las marcas más pequeñas luchan por el 22% restante del mercado, con más de 30 de ellas produciendo menos de 30,000 vehículos al año. La rápida introducción de nuevos modelos, con un lanzamiento cada dos días, ha hecho que la adaptación a las últimas tecnologías, como la conducción asistida y los sistemas de infoentretenimiento, sea crucial para la supervivencia de estas empresas.
Yuqian Ding, analista de HSBC, señala que el sector se ha vuelto «binario», dividiéndose entre aquellos con capacidades de «vehículo eléctrico inteligente» y aquellos que no las tienen. Este cambio ha llevado a lo que muchos consideran el periodo de competencia más feroz en la historia de la industria automotriz. Las características como el cambio automático de carril y el aparcamiento automatizado se están convirtiendo en estándares en el mercado chino, mientras que los fabricantes locales desarrollan sistemas de conducción autónoma más sofisticados, impulsados por la inteligencia artificial.
Raymond Tsang, experto en tecnología automotriz de Bain en Shanghái, destaca que las empresas chinas están «redoblando la apuesta» en el desarrollo de software avanzado de asistencia al conductor, apuntando al segmento premium del mercado, que anteriormente era dominado por marcas extranjeras. Tesla, que ha sido un pionero en el mercado de vehículos eléctricos en China, está viendo cómo su cuota de mercado disminuye, cayendo del 12% al 7% en los primeros meses de 2025.
Mientras tanto, BYD ha vendido 416,000 vehículos eléctricos en el primer trimestre de este año, un aumento del 39% en comparación con el año anterior. En contraste, Tesla entregó 337,000 vehículos en el mismo periodo, muy por debajo de las expectativas de los analistas. Desde 2020, Tesla ha lanzado solo cuatro nuevos modelos en China, mientras que BYD ha introducido cerca de 130, lo que refleja la agresividad de la estrategia de BYD en el mercado.
La cuota de mercado de los fabricantes extranjeros ha caído a un mínimo histórico del 31%, lo que representa una pérdida significativa desde 2020. Paul Gong, analista de UBS, advierte que los beneficios anuales de 20,000 millones de dólares que los fabricantes extranjeros han disfrutado en China están en peligro. Si su cuota de mercado sigue cayendo, podrían enfrentar un exceso de capacidad de producción de hasta 10 millones de unidades.
En respuesta a esta presión, gigantes automotrices como Volkswagen y Toyota están invirtiendo fuertemente en producción local y asociaciones tecnológicas con empresas chinas. Recientemente, BMW anunció colaboraciones con Alibaba y Huawei, buscando adaptarse a un mercado que cambia rápidamente.
BYD ha lanzado su sistema de conducción autónoma avanzada, conocido como «God’s Eye», de forma gratuita, lo que representa una amenaza directa para los ingresos futuros de competidores como Tesla, que habían planeado monetizar sus sistemas de conducción avanzada a través de suscripciones. Además, la introducción de sistemas de carga de alta velocidad por parte de BYD y su competidor CATL podría aliviar las preocupaciones de los consumidores sobre la autonomía de los vehículos eléctricos.
La guerra de precios entre los fabricantes de vehículos eléctricos también está aumentando la presión financiera sobre los actores locales. Nio, un fabricante de vehículos eléctricos de gama alta, ha anunciado recortes de costos y una ampliación de capital de 450 millones de dólares para hacer frente a la creciente competencia.
A medida que la industria automotriz china avanza, también surgen preocupaciones sobre la seguridad y la regulación de los vehículos inteligentes. Recientemente, Xiaomi, un fabricante de electrónica que ha incursionado en el mercado de vehículos eléctricos, se vio involucrado en una investigación policial tras un accidente mortal con uno de sus coches. Este tipo de incidentes subraya la necesidad de un marco regulatorio sólido a medida que la tecnología avanza rápidamente en el sector automotriz.