La vida de Manizha Yaqoobi es un testimonio de resiliencia y determinación. Esta joven afgana, que ha enfrentado la adversidad desde una edad temprana, se encuentra actualmente en León, España, donde ha comenzado a construir una nueva vida junto a su familia. Su historia es un reflejo de las dificultades que muchas personas han enfrentado debido a la inestabilidad política y social en Afganistán, especialmente las mujeres, quienes han sido las más afectadas por el régimen talibán.
**Un Viaje Lleno de Desafíos**
Manizha nació en un contexto donde la violencia y la opresión eran parte de la vida cotidiana. En 2010, su familia se vio obligada a abandonar Afganistán debido a las amenazas que su padre recibió por su trabajo con el gobierno británico. La familia se trasladó a India, donde vivieron durante varios años, regresando a Afganistán periódicamente para renovar sus visados. Sin embargo, la situación en India se volvió insostenible durante la pandemia de COVID-19, lo que llevó a la familia a regresar a Kabul en agosto de 2020.
El regreso a su país natal fue breve y trágico. La rápida toma del poder por parte de los talibanes marcó el inicio de una nueva era de opresión. Manizha recuerda vívidamente el momento en que se enteró de que los talibanes habían tomado Kabul. «Lo que más me impresionó no fueron los talibanes, sino no ver a ninguna mujer en la calle. Siento que ese día una parte de mí murió», confiesa. La familia intentó escapar del país, pero se encontraron atrapados en medio del caos, con el aeropuerto cerrado y la violencia en aumento.
**La Lucha por la Educación y la Libertad**
A pesar de las circunstancias adversas, Manizha se negó a rendirse. La educación siempre ha sido una prioridad para ella, y su sueño de convertirse en piloto de aviones la motivó a seguir adelante. «Quiero ser piloto en el futuro», afirma con determinación. Sin embargo, la llegada de los talibanes al poder significó el cierre de escuelas y la eliminación de oportunidades educativas para las mujeres. «Desaparecimos de los espacios públicos. Su objetivo sigue siendo el mismo: borrar a las mujeres. No van a cambiar. Es el mismo régimen de 2001», señala Manizha, reflejando la desesperanza que muchas mujeres sienten en Afganistán.
La situación se volvió aún más crítica cuando su hermano mayor fue víctima de un atentado en Kabul. A pesar del peligro, su madre decidió regresar a cuidar de él, lo que resultó en una serie de tragedias familiares, incluyendo la muerte de su abuelo. En medio de esta tormenta, Manizha encontró apoyo en Sophia Swire, una activista que trabajaba con Future Brilliance. Sophia no solo ayudó a la familia a obtener visados para salir de Afganistán, sino que también le devolvió a Manizha la esperanza que había perdido. «Necesitas abrir tus alas, sin ellas no puedes volar», le decía Sophia, un mensaje que resonó profundamente en la joven.
Después de una larga espera, Manizha y su familia finalmente lograron reunirse en España, donde ingresaron al programa de Protección Internacional de San Juan de Dios. A pesar de las dificultades que enfrentaron, Manizha ha comenzado a reconstruir su vida en León. «Ahora estoy construyendo mi vida desde cero en León», dice con una mezcla de orgullo y determinación. Su historia es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la perseverancia pueden prevalecer.
**Un Futuro Brillante por Delante**
La historia de Manizha no solo es un relato de sufrimiento, sino también de superación. A pesar de que solo el 5% de las mujeres en el mundo son pilotos, su pasión por la aviación la impulsa a seguir adelante. Su padre, quien siempre ha sido su mayor apoyo, le ha enseñado a ser implacable y persistente. «Debes ser implacable, persistente, humilde y agradecida y llegarás muy lejos», le aconseja, un mantra que Manizha lleva consigo en su camino hacia el futuro.
En León, Manizha ha comenzado a adaptarse a su nuevo entorno, aprendiendo el idioma y haciendo nuevos amigos. Su historia es un ejemplo de cómo la determinación y el apoyo pueden ayudar a las personas a superar las adversidades. A medida que continúa su educación y persigue su sueño de convertirse en piloto, Manizha Yaqoobi se convierte en un símbolo de esperanza para muchas mujeres que enfrentan situaciones similares en todo el mundo. Su viaje es un recordatorio de que, aunque el camino puede ser difícil, la perseverancia y la fe en uno mismo pueden abrir puertas hacia un futuro mejor.