La economía española ha experimentado cambios significativos en los últimos años, y uno de los indicadores más relevantes de esta evolución es la inflación. En mayo de 2025, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha moderado por debajo del 2%, alcanzando un 1,9%, lo que representa el nivel más bajo desde octubre de 2024. Este descenso ha sido impulsado por varios factores, entre los que destacan la caída de los precios de los servicios relacionados con el turismo y el comportamiento favorable de los precios de la electricidad tras un apagón reciente.
La inflación, que mide el aumento de los precios de bienes y servicios en un periodo determinado, es un indicador crucial para entender la salud económica de un país. En este contexto, el IPC se ha reducido en tres décimas desde abril, cuando se situaba en un 2,2%. Este cambio es significativo, ya que refleja una tendencia a la baja en el ritmo de las subidas de precios, lo que puede ser un alivio para los consumidores que han enfrentado un aumento constante en el costo de la vida.
### Factores que Contribuyen a la Caída de la Inflación
Uno de los principales factores que ha contribuido a la caída de la inflación es la evolución de los servicios relacionados con el turismo. Sectores como el ocio, la cultura y el transporte han mostrado un comportamiento favorable, lo que ha permitido una moderación en los precios. Además, la subida de la factura de electricidad, que había sido un factor determinante en el aumento de la inflación en años anteriores, ha sido menor en comparación con el mismo mes del año anterior. Este cambio ha sido crucial para la reducción del IPC general.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado que la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos, también ha disminuido, situándose en un 2,1% en mayo, frente al 2,4% de abril. Este indicador es especialmente importante porque ofrece una visión más estable de la evolución de los precios, al eliminar los elementos más volátiles de la cesta de la compra.
La capacidad de la economía española para conjugar una reducción continua de la inflación con un crecimiento sostenido es notable, especialmente en un contexto internacional de elevada incertidumbre. Desde 2021, la inflación general ha acumulado un aumento cercano al 20%, lo que significa que la vida es un 1,9% más cara que hace un año y un 20% más cara que hace cuatro años. Esta situación ha afectado el poder adquisitivo de las familias, que han experimentado una pérdida significativa en su capacidad de compra, especialmente en 2022.
### Impacto en el Poder Adquisitivo de las Familias
La crisis de inflación ‘pegajosa’ ha tenido un impacto directo en el bolsillo de los consumidores. A medida que los precios han aumentado, muchas familias han tenido que ajustar sus presupuestos y priorizar sus gastos. La evolución del precio de los alimentos, que se conocerá en detalle el 13 de junio, es un aspecto crucial a seguir, ya que los alimentos son una parte esencial del gasto familiar. En abril, los precios en los supermercados se moderaron al 1,6%, lo que sugiere que podría haber un alivio en este sector.
El abaratamiento del aceite de oliva, que ha visto una reducción del 40% en comparación con el mismo mes del año anterior, es un ejemplo de cómo algunos productos pueden ofrecer un respiro a los consumidores. Este ‘oro líquido’, que había triplicado su precio desde 2021 hasta abril de 2024, ahora presenta una oportunidad para que las familias reduzcan sus gastos en un área que ha sido históricamente costosa.
En resumen, la moderación de la inflación en mayo de 2025 es un indicativo de que la economía española está en una fase de ajuste que podría beneficiar a los consumidores en el corto plazo. Sin embargo, la incertidumbre sigue presente, y es fundamental seguir de cerca la evolución de los precios, especialmente en el sector alimentario, para entender mejor el impacto en el poder adquisitivo de las familias y la salud económica del país en general.