En abril de 2025, el Índice de Precios de Consumo (IPC) en España ha mostrado una moderación, situándose en un 2,2%. Este dato, confirmado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), refleja una disminución de una décima respecto al mes anterior, impulsada principalmente por la reducción en los precios de la energía, incluyendo la electricidad y el gas. Este artículo examina los factores que han contribuido a esta tendencia y su impacto en la economía española.
La caída en los precios de la energía ha sido un factor crucial en la moderación del IPC. En particular, el abaratamiento de la electricidad ha superado las expectativas, siendo más significativo que el registrado en abril de 2024. Además, los precios de los carburantes también han experimentado un descenso, lo que ha contribuido a la reducción de la tasa interanual del IPC, que ha alcanzado su nivel más bajo desde octubre de 2024.
Los datos del INE indican que el grupo de vivienda, que incluye gastos asociados a la vivienda, ha visto una disminución de 1,5 puntos en su tasa interanual, situándose en un 4,2%. Esto se debe en gran medida a la caída en los precios de la electricidad y el gas. Por otro lado, el grupo de transporte, cuyo principal componente son los combustibles, ha reducido su tasa interanual en siete décimas, alcanzando un -1,6% gracias a la disminución de los precios de los carburantes y lubricantes.
Sin embargo, no todos los grupos han seguido esta tendencia a la baja. El grupo de ocio y cultura ha experimentado un aumento de tres puntos en su tasa interanual, alcanzando un 2,7%, impulsado por el incremento en los precios de los paquetes turísticos durante la Semana Santa. Este aumento en el ocio y la cultura contrasta con la moderación en otros sectores, lo que refleja la complejidad de la situación económica actual.
En términos regionales, el IPC ha subido en todas las comunidades autónomas, siendo Baleares la que ha registrado el mayor incremento con un 2,8%. Otras comunidades como el País Vasco y Navarra han seguido con un 2,6% y un 2,5% respectivamente. En el extremo opuesto, Murcia ha mostrado el incremento más bajo con un 1,5%. Esta variabilidad regional sugiere que las dinámicas económicas pueden diferir significativamente de una comunidad a otra.
En comparación mensual, los precios han aumentado un 0,6% en abril. Los sectores que más han contribuido a este aumento incluyen el vestido y calzado, que se han encarecido un 7,2% debido al inicio de la temporada primavera-verano, así como el ocio y la cultura, que han visto un incremento del 2,6%. Por el contrario, los precios de las facturas del hogar han disminuido un 0,9%, gracias a la caída en los costos de la luz y el gas.
La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de la energía y los alimentos frescos, ha aumentado cuatro décimas, situándose en un 2,4%. Este repunte pone fin a tres meses consecutivos de retrocesos en la inflación subyacente, que no había superado al IPC general desde octubre de 2024. Esto indica que, aunque la inflación general se está moderando, hay presiones subyacentes que podrían seguir afectando la economía.
El IPC armonizado (IPCA), que se utiliza para comparar datos con estadísticas internacionales, se mantiene en un 2,2% y también ha registrado un aumento del 0,6% en términos mensuales. Este dato es relevante para entender cómo se posiciona España en el contexto europeo y global.
En cuanto a los productos de la cesta de la compra, la inflación se ha moderado cuatro décimas en comparación con el año anterior, alcanzando un 2%. Sin embargo, algunos productos han visto aumentos significativos, como el aceite de oliva, que ha acumulado un incremento interanual del 42%. Otros productos que han subido de precio incluyen el chocolate y el café, mientras que algunos, como el azúcar y el yogur, han visto descensos.
En resumen, la moderación de la inflación en abril de 2025 se debe a una combinación de factores, incluyendo la caída en los precios de la energía y los carburantes. Sin embargo, la inflación subyacente y las variaciones regionales sugieren que la economía española enfrenta desafíos complejos que requieren un análisis continuo y detallado.