La cocina casera ha sido durante siglos un pilar fundamental en la cultura de muchas sociedades. Sin embargo, en la actualidad, parece que este arte se encuentra en un punto de inflexión. La cocinera María Lo, ganadora de la décima edición de MasterChef, ha compartido su perspectiva sobre la situación actual de la cocina y la importancia de volver a conectar con nuestras raíces culinarias. En una reciente entrevista, Lo reflexionó sobre cómo el ritmo acelerado de la vida moderna y las modas gastronómicas han afectado nuestra relación con la comida.
### La Pérdida de la Cocina Casera
María Lo señala que, a pesar de que en el pasado la gente solía disfrutar de comidas caseras, hoy en día se ha vuelto más complicado. «Antes se comía siempre bien, o casi siempre; ahora nos cuesta más», afirma. Este cambio se debe, en gran parte, a un estilo de vida que prioriza la rapidez y la conveniencia sobre la calidad y el amor que se pone en la cocina. La cocinera enfatiza que el acto de cocinar debe ser un «lenguaje de amor», algo que se ha perdido en la vorágine de la vida moderna.
La falta de tiempo es una excusa común que muchos utilizan para justificar la disminución de la cocina casera. Sin embargo, Lo argumenta que, aunque la gente trabaja mucho, también pasa horas en redes sociales, lo que sugiere que la falta de tiempo es más una cuestión de prioridades que de realidad. «En ese rato te podrías hacer dos platos», dice, instando a las personas a reconsiderar cómo invierten su tiempo.
Además, la influencia de las redes sociales ha transformado la forma en que percibimos la comida. La estética se ha vuelto primordial, y muchos restaurantes buscan más atraer a los clientes por su apariencia que por la calidad de la comida. Esto ha llevado a una deshumanización de la cocina, donde el alma y la tradición se ven sacrificadas en favor de las tendencias.
### La Importancia de la Educación Gastronómica
María Lo también destaca la necesidad de una educación más profunda sobre la cocina y la alimentación. A menudo, las personas no saben cómo elegir los ingredientes adecuados o cómo cocinar de manera eficiente. La falta de conocimiento sobre la procedencia de los alimentos y su preparación ha llevado a una cultura de consumo rápido y sin conciencia.
«Creo que podríamos comer mejor si recibiéramos una educación que nos ayudase a entender qué es la comida y qué son los productos», sugiere. Esta educación no solo debería centrarse en la cocina, sino también en la nutrición y la sostenibilidad. La cocinera aboga por la importancia de visitar mercados y aprender de los expertos, como carniceros y pescaderos, para entender mejor lo que consumimos.
La cocina casera no solo es una forma de alimentar el cuerpo, sino también de nutrir el alma. Cocinar con buenos ingredientes y dedicar tiempo a la preparación puede ser una experiencia gratificante y enriquecedora. Lo enfatiza al decir que «comer bien es poner atención a lo que se hace y elegir con un criterio». Esto implica no solo seleccionar ingredientes de calidad, sino también dedicar tiempo a la preparación y a disfrutar del proceso.
La idea de que la comida debe ser rápida y fácil ha llevado a un aumento en el consumo de productos procesados y ultraprocesados, lo que a su vez ha afectado nuestra cultura gastronómica. Lo advierte sobre los peligros de depender de estos productos, que a menudo carecen de nutrientes y sabor. La solución, según ella, radica en volver a lo básico: cocinar en casa, utilizar ingredientes frescos y de temporada, y disfrutar del acto de cocinar como una forma de amor y conexión con nuestras raíces.
María Lo es un claro ejemplo de cómo la pasión por la cocina puede ser un motor de cambio. A través de su trabajo y su presencia en redes sociales, busca inspirar a otros a redescubrir la cocina casera y a valorar la comida como un acto de amor. En un mundo donde la comodidad y la rapidez parecen dominar, su mensaje resuena con fuerza: la cocina es un arte que merece ser celebrado y preservado.