Las autoridades de Pensilvania han arrestado a un hombre de 38 años, Cody Balmer, acusado de provocar un incendio en la mansión del gobernador Josh Shapiro mientras este y su familia dormían en el interior. El incidente ocurrió en la madrugada del domingo, cuando Balmer logró saltar la valla de la propiedad, romper una ventana y lanzar varios artefactos explosivos, incluyendo un cóctel Molotov, para iniciar el fuego. A pesar de la gravedad del ataque, todos los ocupantes de la casa, incluida la primera dama Lori y otros invitados, fueron evacuados sin sufrir heridas.
El gobernador Shapiro, quien se encontraba en la mansión con su familia y miembros de la comunidad judía local celebrando la Pascua, expresó su preocupación por el aumento de la violencia política en el país. «Anoche sufrimos un ataque, no solo contra nuestra familia, sino contra toda la Mancomunidad de Pensilvania», declaró Shapiro, haciendo un llamado a la unidad y a la condena de la violencia, independientemente de su origen político.
Balmer, tras entregarse a la policía, manifestó que alberga odio hacia el gobernador y, en un momento de interrogatorio, admitió que si hubiera encontrado a Shapiro, lo habría golpeado con un martillo. Aunque no se ha revelado el motivo detrás de su ataque, las acusaciones en su contra incluyen cargos de terrorismo e intento de homicidio.
Este ataque se suma a una serie de incidentes violentos dirigidos a políticos en Estados Unidos en los últimos años. Entre ellos se encuentran el complot fallido para secuestrar a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, en 2020, y el asalto a la casa de Nancy Pelosi en 2023, que resultó en lesiones graves para su esposo. La violencia política ha suscitado un debate sobre la seguridad de los funcionarios electos y la creciente polarización en el país.
El gobernador Shapiro, quien fue elegido en 2022, ha sido un objetivo de la extrema derecha, especialmente tras derrotar a un candidato respaldado por Donald Trump. Su perfil político ha ido en ascenso, siendo considerado un posible candidato a la presidencia por el Partido Demócrata en 2028. Shapiro, que se identifica como judío, ha enfatizado la importancia de celebrar la fe y la diversidad en la comunidad, a pesar de los ataques que enfrenta.
La respuesta al ataque no se ha limitado al ámbito demócrata. Líderes republicanos, incluido el expresidente Trump, han condenado el acto, subrayando que la violencia política no debe ser tolerada. El vicepresidente JD Vance también calificó el ataque como «realmente repugnante», reflejando un consenso bipartidista en la necesidad de abordar la violencia política.
El incendio ha causado daños significativos a la mansión del gobernador, aunque no se han reportado heridos. La rápida respuesta de la policía, que despertó a los ocupantes al aporrear la puerta, evitó que la situación se tornara más grave. Este incidente ha puesto de relieve la vulnerabilidad de los funcionarios públicos y la necesidad de medidas de seguridad más estrictas para proteger a aquellos que ocupan cargos de responsabilidad.
A medida que el país enfrenta un clima político cada vez más tenso, el ataque a la mansión del gobernador Shapiro sirve como un recordatorio de los peligros que enfrentan los líderes electos. La violencia política, que ha ido en aumento, plantea serias preguntas sobre el futuro de la democracia en Estados Unidos y la seguridad de quienes se dedican al servicio público. La comunidad de Pensilvania, junto con líderes de todo el país, se enfrenta ahora al desafío de encontrar formas de abordar y mitigar esta creciente amenaza.