Recientemente, los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump han generado un amplio debate sobre su impacto en la economía española. Según Funcas, se prevé que estas medidas tarifarias tengan un efecto limitado en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de España, con una pérdida estimada de entre 2 y 3 décimas. Sin embargo, el impacto se concentrará en sectores específicos, lo que plantea preocupaciones a largo plazo sobre los costos indirectos de esta escalada arancelaria.
Las medidas anunciadas el 2 de abril de 2025 han abierto un periodo de incertidumbre para la economía global y marcan un punto de inflexión en el sistema comercial multilateral. Aunque el impacto directo de los aranceles sobre la economía española es relativamente limitado, se espera que los efectos indirectos sean más significativos. Esto se debe a que los países más afectados, como China, intentarán compensar la pérdida de cuota de mercado en Estados Unidos mediante una ofensiva comercial en otros destinos, lo que podría presionar a la baja los precios.
El análisis de Funcas destaca que, aunque las exportaciones españolas hacia Estados Unidos ascienden a 18.100 millones de euros, representando el 1,1% del PIB, la dependencia del mercado estadounidense es mayor en términos de suministros de empresas españolas a exportadores de otros países, especialmente europeos. Un arancel promedio del 20% podría reducir las exportaciones en un 20%, lo que restaría aproximadamente 0,22 puntos al PIB. Este impacto se vería atenuado por la reducción de los suministros importados por las empresas que venden en el exterior.
Además, la ralentización de la economía europea, provocada por la escalada arancelaria, también afectará las exportaciones españolas, especialmente en sectores que suministran componentes a la industria automotriz, que es uno de los más castigados. Se estima que el valor de las exportaciones españolas que se integran en los envíos de otros países europeos hacia Estados Unidos ronda los 9.000 millones de euros, lo que podría restar cerca de 0,08 décimas adicionales al PIB.
El impacto de los aranceles no se limita a los efectos directos sobre el PIB. La ola proteccionista representa una amenaza para la economía global, y para una economía tan dependiente del exterior como la española. Los principales indicadores de coyuntura ya apuntan a una fuerte ralentización en Estados Unidos, mientras que China enfrenta el desafío de compensar el impacto de los aranceles en un contexto de demanda interna débil. Esto podría llevar a una proliferación de prácticas comerciales desleales, ya que algunos países podrían adoptar medidas proteccionistas en respuesta a la crisis del sistema multilateral.
Las empresas afectadas por el proteccionismo también se verán obligadas a reorientar sus exportaciones hacia países con capacidad de compra, lo que podría aumentar las prácticas de dumping y vulnerar las reglas comerciales, especialmente en Europa, donde estas prácticas están más vigiladas. Además, el crecimiento exponencial de las importaciones de productos fabricados en China, que están exentos de impuestos en Europa, podría desviar el comercio hacia el continente europeo, complicando aún más la situación.
El clima de incertidumbre que rodea las reglas comerciales es perjudicial para la inversión a corto plazo. En España, la inversión en bienes de equipo está correlacionada con las exportaciones de bienes, lo que significa que una caída en las exportaciones podría afectar negativamente la inversión. La respuesta de la Unión Europea será crucial, ya que podría incluir un incremento de tarifas sobre las importaciones de ciertos productos, aunque hasta ahora Bruselas no ha revelado sus intenciones.
En cuanto al impacto sobre la inflación, los aranceles no deberían afectar directamente los precios pagados por los consumidores. Sin embargo, productos de gran consumo, como el aceite o el vino, podrían redirigir sus ventas al mercado nacional, lo que podría resultar en una bajada de precios a corto plazo. A largo plazo, si los productores logran reorganizar su actividad exportadora y encontrar mercados alternativos, los precios podrían volver a sus niveles anteriores.
Por último, si las medidas arancelarias se convierten en permanentes, se espera una reorganización de los flujos de comercio internacional y de las cadenas de producción globales, lo que tendrá un impacto difícil de predecir sobre el nivel general de precios. En este contexto, es fundamental seguir de cerca la evolución de la situación y las posibles respuestas de los actores económicos involucrados.