El conservador Friedrich Merz ha enfrentado un inesperado revés en su intento por convertirse en canciller de Alemania, al no lograr la mayoría necesaria en la primera votación del Bundestag, el parlamento federal. Este acontecimiento, que ha sorprendido a muchos, se produjo el martes 6 de mayo de 2025, cuando Merz no alcanzó los 316 votos requeridos, obteniendo solo 310 a favor y 307 en contra, con un voto nulo. La presidenta de la Cámara, Julia Klöckner, suspendió la sesión, que se reanudará probablemente el miércoles para una nueva votación.
La situación es inusual en la política alemana, donde se esperaba que Merz, líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), contara con el apoyo de su coalición, que incluye a la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Sin embargo, 18 parlamentarios de estas formaciones decidieron no respaldar su candidatura, lo que ha llevado a una crisis dentro de la nueva coalición de gobierno.
El resultado de la votación ha generado reacciones de sorpresa y descontento entre los miembros del SPD, quienes han calificado de «irresponsable» la decisión de los rebeldes que no apoyaron a Merz. Desde el grupo parlamentario socialdemócrata se ha afirmado que ellos votaron de manera unificada, sugiriendo que la disidencia proviene de las filas conservadoras. Este hecho ha puesto de manifiesto las tensiones internas en la coalición, que se formó tras la caída del gobierno de Olaf Scholz en noviembre de 2024.
La votación se llevó a cabo en presencia de figuras destacadas, incluyendo a la excanciller Angela Merkel y otros líderes regionales. La atmósfera en el Bundestag era de expectativa, ya que muchos consideraban que Merz lograría la mayoría necesaria en su primer intento. Sin embargo, el resultado ha dejado claro que la política alemana puede ser impredecible, incluso para aquellos que parecen tener el apoyo necesario.
La segunda votación está programada para el miércoles, y se espera que los partidos de la oposición, como la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y el partido de La Izquierda, respalden la convocatoria para una nueva elección. Según la normativa, la elección del canciller debe llevarse a cabo en un plazo máximo de 14 días, lo que significa que Merz tendrá otra oportunidad para intentar obtener el apoyo necesario.
Este revés es significativo no solo para Merz, sino también para la CDU y la CSU, que habían anticipado una victoria en las elecciones anticipadas de febrero. La falta de apoyo interno ha puesto en entredicho la estabilidad de la nueva coalición y ha generado incertidumbre sobre el futuro político de Alemania. La CDU y la CSU, que tradicionalmente han sido fuerzas dominantes en la política alemana, ahora enfrentan desafíos que podrían afectar su capacidad para gobernar de manera efectiva.
El contexto de esta votación es crucial, ya que Merz busca suceder a Olaf Scholz, quien fue destituido en una ceremonia militar especial. A pesar de su salida, Scholz y su gabinete continuarán en funciones hasta que se elija un nuevo canciller, lo que añade una capa de complejidad a la situación política actual.
La situación de Merz también refleja un cambio en el panorama político alemán, donde las alianzas y los apoyos pueden ser volátiles. La CDU y la CSU deben abordar las divisiones internas si desean mantener su relevancia en el futuro. La política alemana, conocida por su estabilidad, se enfrenta a un momento de incertidumbre que podría redefinir las dinámicas de poder en el país.
A medida que se acerca la segunda votación, todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollarán los acontecimientos y si Merz podrá finalmente asegurar el apoyo necesario para convertirse en el nuevo canciller de Alemania. La política alemana, que ha sido históricamente predecible, ahora se encuentra en un punto de inflexión, y el resultado de esta votación podría tener repercusiones significativas tanto a nivel nacional como internacional.