El Canal de Castilla, una obra monumental construida entre los siglos XVIII y XIX, se ha convertido en un atractivo turístico que invita a los amantes del ciclismo a recorrer sus tranquilas aguas y paisajes históricos. Esta ruta, que abarca más de 200 kilómetros a través de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, no solo ofrece una experiencia ciclista única, sino que también permite a los visitantes sumergirse en la rica historia de la región.
### Un Viaje a Través de la Historia
La construcción del Canal de Castilla comenzó en 1753 bajo el reinado de Fernando VI, con el objetivo de facilitar el transporte de grano desde las tierras castellanas hacia los puertos del norte. Este ambicioso proyecto fue impulsado por el Marqués de la Ensenada y desarrollado por el ingeniero Antonio de Ulloa, con la colaboración del ingeniero francés Carlos Lemaur. A lo largo de los años, el canal se expandió y se convirtió en un sistema de navegación que incluía tres ramales: Norte, Campos y Sur.
Durante su apogeo en el siglo XIX, el canal albergaba más de 400 barcazas que transportaban no solo mercancías como trigo y madera, sino también pasajeros. Sin embargo, con la llegada del ferrocarril, el uso del canal comenzó a declinar, y finalmente se cerró en 1959. A pesar de esto, el canal ha encontrado una nueva vida como ruta de turismo activo, siendo declarado Bien de Interés Cultural en 1991. Hoy en día, los visitantes pueden disfrutar de un recorrido que combina el patrimonio hidráulico con un paisaje natural impresionante.
### Pedaleando por el Canal: Una Ruta para Todos
La ruta ciclista a lo largo del Canal de Castilla es ideal tanto para principiantes como para ciclistas experimentados. Con un recorrido mayormente llano y caminos de tierra en buen estado, es accesible para bicicletas de gravel o montaña. La ruta más común comienza en Alar del Rey y se dirige hacia Valladolid, permitiendo a los ciclistas disfrutar de un trayecto de aproximadamente 147 kilómetros dividido en varias etapas.
**Etapa 1: Alar del Rey a Frómista (58 km)**
La aventura comienza en Alar del Rey, donde el canal se alimenta del río Pisuerga. Esta primera etapa es rica en paisajes de montaña baja y campos de cereal. A lo largo del camino, los ciclistas pasarán por localidades como Herrera de Pisuerga y Osorno, donde el canal comienza a ampliarse. El destino final de esta etapa es Frómista, un encantador pueblo donde se puede visitar la iglesia de San Martín, una joya del románico.
**Etapa 2: Frómista a Ribas de Campos (41 km)**
Desde Frómista, el recorrido continúa en línea recta, con un paisaje que se vuelve más abierto. Esta etapa es tranquila y permite disfrutar de la arquitectura histórica del canal, incluyendo casas de escluseros y pequeñas edificaciones. El final de esta etapa es Ribas de Campos, donde se encuentra una impresionante esclusa triple.
**Etapa 3: Ribas de Campos a Valladolid (47 km)**
En esta última etapa, los ciclistas toman el ramal Sur, donde el paisaje cambia a cultivos y acequias. A lo largo del camino, se cruzan localidades como Grijota y Dueñas, hasta llegar a Valladolid, donde el canal se acerca a su final. Esta etapa es perfecta para una jornada relajada, ya que ofrece un recorrido de menos de 50 kilómetros.
### Alternativas y Otras Actividades
Para aquellos que buscan una experiencia más larga, existe la opción de continuar hacia Medina de Rioseco, un trayecto de 78 kilómetros que atraviesa el ramal más llano del canal. Este recorrido es ideal para disfrutar de la Tierra de Campos, con sus paisajes abiertos y caminos rectos.
Además de recorrer el canal en bicicleta, hay otras formas de explorar esta maravilla histórica. Se pueden realizar caminatas a pie o incluso paseos en barco, con rutas organizadas en localidades como Medina de Rioseco y Herrera de Pisuerga. Para los más aventureros, también hay opciones de recorrer tramos en piragua, lo que permite una perspectiva diferente del canal y su entorno.
A lo largo del recorrido, los visitantes encontrarán museos y centros de interpretación que ofrecen información sobre la historia y la importancia del Canal de Castilla. Además, la gastronomía local es un atractivo adicional, con platos típicos que incluyen quesos, legumbres y vinos de la Ruta del Cigales, perfectos para reponer fuerzas después de un día de pedaleo.
El Canal de Castilla no solo es un destino para los amantes del ciclismo, sino también un lugar donde la historia, la naturaleza y la cultura se entrelazan, ofreciendo una experiencia única en el corazón de Castilla y León.