El Rey Juan Carlos I ha decidido dar un paso inusual al demandar al expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla por derecho al honor, reclamando una indemnización de 50.000 euros. Esta decisión se produce tras una serie de declaraciones realizadas por Revilla en diversos medios de comunicación entre mayo de 2022 y enero de 2025, en las que el político hizo afirmaciones que, según la defensa del monarca, son calumniosas y difamatorias. La abogada del Rey, Guadalupe Sánchez, ha argumentado que estas declaraciones lesionan el derecho fundamental al honor del monarca, tal como se establece en el artículo 18.1 de la Constitución Española.
La demanda no solo busca una compensación económica, sino también una rectificación pública de las afirmaciones realizadas por Revilla. La abogada ha solicitado un acto de conciliación en los juzgados de primera instancia de Santander, con el objetivo de llegar a un acuerdo que evite el litigio. Esta acción es notable, ya que es la primera vez que un monarca español toma medidas legales contra un político desde que Juan Carlos I dejó su papel institucional en 2020.
Revilla, conocido por su estilo directo y su presencia en programas de televisión, ha hecho declaraciones contundentes sobre la situación financiera del Rey emérito. En un programa de La Sexta, el expresidente de Cantabria afirmó que Juan Carlos I posee una fortuna considerable fuera de España y lo acusó de ser un «apátrida fiscal» por haber renunciado a sus obligaciones tributarias en el país que lo tuvo como jefe de Estado. Estas afirmaciones han sido consideradas por la defensa del Rey como injuriosas y oprobiosas, lo que ha llevado a la decisión de emprender acciones legales.
La Casa Real ha indicado que esta es una iniciativa personal del Rey Juan Carlos I, y que no ha habido consulta previa con la institución sobre este asunto. La abogada del monarca ha enfatizado que la demanda busca proteger su honor y dignidad, y que, en caso de ganar el juicio, la indemnización será donada a Cáritas España, una organización benéfica que trabaja en el ámbito de la asistencia social.
Este caso ha generado un gran interés mediático, no solo por la figura del Rey Juan Carlos I, sino también por la naturaleza de las acusaciones realizadas por Revilla. La figura del monarca ha estado bajo el escrutinio público desde su salida de la vida institucional, y este nuevo capítulo en su historia añade una capa más de complejidad a su legado. La decisión de demandar a un político por declaraciones públicas es un hecho sin precedentes en la historia reciente de España, lo que podría sentar un precedente en la relación entre la monarquía y la política en el país.
La situación también plantea preguntas sobre la libertad de expresión y los límites de las críticas hacia figuras públicas. La defensa del Rey argumenta que hay un derecho fundamental a proteger el honor personal, mientras que los críticos podrían ver esta acción como un intento de silenciar voces disidentes. A medida que se desarrolla este caso, se espera que se generen debates sobre la responsabilidad de los políticos al hacer declaraciones sobre figuras públicas y el papel de la justicia en la mediación de estos conflictos.
La demanda de Juan Carlos I no solo es un reflejo de su deseo de proteger su imagen, sino que también pone de relieve las tensiones existentes entre la monarquía y la política en España. A medida que el caso avanza, será interesante observar cómo se desarrollan los acontecimientos y qué impacto tendrá en la percepción pública del Rey emérito y su legado.