La actividad del sector manufacturero en España ha mostrado signos de debilidad, marcando su segundo mes consecutivo de contracción. Según el índice PMI (Purchasing Managers’ Index), el indicador ha caído a 49,5 puntos en marzo, una ligera disminución respecto a los 49,7 puntos del mes anterior. Esta cifra representa la peor lectura desde principios de 2024, lo que genera preocupación sobre la salud económica del país.
La caída en el PMI se atribuye principalmente a la incertidumbre generada por los recientes anuncios de aranceles por parte de Estados Unidos. Esta situación ha llevado a una disminución en el volumen de nuevos pedidos, que ha sido la más pronunciada desde enero de 2024. La incertidumbre geopolítica ha llevado a los clientes a posponer decisiones comerciales, lo que ha afectado negativamente la demanda en el sector manufacturero.
Jonas Feldhusen, economista junior de Hamburg Commercial Bank, destacó que los encuestados informaron de una creciente incertidumbre entre los clientes, lo que ha resultado en un aplazamiento de contratos. A pesar de esta tendencia negativa en los nuevos pedidos, las fábricas españolas han experimentado un aumento en la producción, extendiendo su periodo de crecimiento a siete meses. Sin embargo, el ritmo de este crecimiento ha sido modesto, lo que sugiere que la recuperación no es robusta.
En cuanto al empleo, las fábricas han incrementado sus plantillas de manera marginal, principalmente para cubrir puestos vacantes o contratar personal temporal. Sin embargo, Feldhusen advirtió que si la tendencia actual persiste y la demanda se mantiene moderada, podría haber recortes significativos en la producción y el empleo, similares a los que se están observando en otros países europeos.
Por otro lado, los precios de los insumos han mostrado una tendencia a la baja, cayendo por segundo mes consecutivo hasta su nivel más bajo desde noviembre de 2024. Esta disminución en los costos de insumos, junto con la competencia en el mercado y la caída en los nuevos pedidos, ha limitado el poder de fijación de precios de los fabricantes. Aunque los precios medios cobrados han aumentado, el incremento ha sido solo moderado.
La situación actual del PMI manufacturero en España refleja un entorno económico incierto, donde las tensiones comerciales y la falta de confianza de los consumidores están afectando la actividad económica. Los próximos meses serán cruciales para observar si esta tendencia se mantiene o si se producen cambios que permitan una recuperación más sólida en el sector manufacturero. La capacidad de las empresas para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado y la evolución de las políticas comerciales internacionales serán factores determinantes en el futuro inmediato de la economía española.