La construcción de la línea 3 del Metro de Sevilla ha dado un paso significativo con el inicio de las obras en el tercer tramo que conecta San Lázaro con la Macarena. Este proyecto, que representa una inversión total de 178 millones de euros, se enmarca en un esfuerzo conjunto entre el Gobierno de España, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. La obra, que se espera esté en funcionamiento para 2030, es considerada una infraestructura esencial para mejorar la movilidad en la ciudad.
### Inversión y complejidad de las obras
El tramo que se está construyendo tiene una longitud de 1.013 metros y se extiende desde la avenida Doctor Fedriani hasta la Ronda Histórica. La inversión de 173.398.137,71 euros corresponde solo a la ejecución de la obra, mientras que la dirección de la misma suma más de cinco millones, elevando el total a 178 millones. La UTE Vías y Construcciones, Lantania y DSV Empresa Constructora y Ferroviaria son las encargadas de llevar a cabo esta compleja obra, que se estima durará 46 meses, es decir, casi cuatro años.
Uno de los principales desafíos de este tramo es la construcción de una estación de metro bajo el parking del Hospital Virgen Macarena, lo que añade un nivel de dificultad considerable. Esta estación, que se ubicará a 20 metros de profundidad, está diseñada para ser un intercambiador, permitiendo futuras conexiones con la Línea 4 del metro. La complejidad del proyecto ha sido reconocida por las autoridades, quienes han enfatizado la necesidad de una planificación cuidadosa para evitar retrasos.
### Impacto en la comunidad y el comercio local
El inicio de las obras ha generado preocupación entre los comerciantes de la Macarena, quienes temen que la interrupción del tráfico y la pérdida de aparcamientos afecten gravemente a sus negocios. Se estima que más de un centenar de establecimientos podrían enfrentar dificultades económicas durante el tiempo que duren las obras. Los comerciantes han solicitado medidas de compensación, como carriles de acceso y ayudas económicas, para mitigar el impacto que la construcción tendrá en sus operaciones diarias.
Además, se prevé que la obra implique la tala de más de 700 árboles en la zona, lo que ha suscitado críticas por parte de grupos ecologistas y ciudadanos preocupados por el medio ambiente. La administración local ha prometido estudiar alternativas, como el trasplante de algunos árboles, para minimizar el daño ecológico.
El acto de inicio de las obras fue un evento político significativo, con la presencia de figuras clave como el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Durante sus intervenciones, ambos líderes destacaron la importancia de la colaboración entre las diferentes administraciones para llevar a cabo este proyecto. Montero subrayó que el Gobierno ha cofinanciado el 50% de la inversión, mientras que la Junta de Andalucía se encargará del resto.
A pesar de la celebración del inicio de las obras, también hubo espacio para las críticas y los reproches entre los políticos presentes. El alcalde Sanz pidió una mayor implicación del Gobierno en otras infraestructuras necesarias para la ciudad, mientras que Montero respondió que el Gobierno está comprometido con las necesidades de Sevilla.
El tramo norte de la línea 3 del metro, que incluye este nuevo subtramo, está diseñado para facilitar el transporte en la ciudad, permitiendo a los usuarios recorrerlo en aproximadamente 18 minutos, con paradas en 12 estaciones. Este avance en la infraestructura de transporte es parte de un plan más amplio que busca mejorar la movilidad en Sevilla y conectar áreas clave de la ciudad.
A medida que las obras avanzan, la comunidad se enfrenta a un periodo de cambios significativos en la movilidad y el comercio local. La administración ha establecido una oficina de información para ayudar a los residentes y comerciantes a adaptarse a las modificaciones que se implementarán durante la construcción. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y muchos esperan que se tomen las medidas adecuadas para proteger los intereses de los negocios locales y minimizar el impacto ambiental de las obras.
La llegada del metro a la Macarena no solo representa un avance en la infraestructura de transporte de Sevilla, sino que también plantea desafíos que requieren atención y acción por parte de las autoridades locales y regionales. La colaboración entre las diferentes partes interesadas será crucial para asegurar que este proyecto se complete con éxito y beneficie a toda la comunidad.