La reciente jubilación de la generación del ‘baby boom’ ha comenzado a tener un impacto significativo en el sistema de pensiones en España. A medida que esta cohorte se retira, las pensiones que reciben son, en promedio, un 26% más elevadas que las que se dejan de pagar, lo que genera una presión financiera considerable sobre la Seguridad Social. En este contexto, es importante analizar cómo estas jubilaciones están afectando las cuentas públicas y qué medidas se están tomando para abordar este desafío.
Desde el inicio de las jubilaciones de esta generación, en 2023, el sistema ha experimentado un aumento en el gasto en pensiones de aproximadamente 7.000 millones de euros en los primeros tres años. Este incremento se debe principalmente al llamado ‘efecto de sustitución’, que se refiere a la diferencia entre las prestaciones que se dejan de pagar y las que se otorgan a los nuevos jubilados. En febrero de 2025, la pensión media de los nuevos jubilados alcanzó los 1.654 euros mensuales, en comparación con los 1.306 euros de aquellos que causan baja.
La reforma de pensiones implementada por el Gobierno entre 2021 y 2023 busca aumentar los ingresos de la Seguridad Social para cubrir el creciente gasto. Se estima que la revalorización de las pensiones, vinculada al IPC, podría añadir entre 42.000 y 51.000 millones de euros de gasto hasta 2050. Esto se suma a la necesidad de financiar las jubilaciones de la generación del ‘baby boom’, que se espera que continúen hasta 2042.
El aumento de las pensiones también ha llevado a un incremento en las transferencias del Estado a la Seguridad Social. En 2024, estas transferencias superaron los 48.000 millones de euros, y se prevé que para mediados de siglo se necesiten cerca de 85.000 millones para cubrir los compromisos de gasto. Este aumento en las transferencias es esencial, ya que los ingresos por cotizaciones no son suficientes para cubrir el gasto en prestaciones.
Además, el análisis de la renta disponible revela un creciente distanciamiento entre los mayores de 65 años y los jóvenes. Según datos del INE, la renta neta media por persona en 2024 fue de 14.807 euros, con un crecimiento del 2,9% anual para los mayores de 65 años, en comparación con un crecimiento del 1,67% para los jóvenes de 16 a 29 años. Esta tendencia plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones y el bienestar general del Estado.
Los expertos advierten que el sistema de pensiones enfrenta un desafío significativo debido a la diferencia entre el crecimiento de las pensiones y la revalorización. La Autoridad Fiscal ha ajustado al alza su estimación de crecimiento del gasto en pensiones para 2025, pasando del 4,9% al 5,6%, lo que refleja la presión que el efecto de sustitución ejerce sobre las finanzas del sistema.
En resumen, la jubilación de la generación del ‘baby boom’ está generando un aumento significativo en el gasto en pensiones, lo que a su vez requiere un incremento en las transferencias del Estado a la Seguridad Social. Este fenómeno no solo afecta las cuentas públicas, sino que también plantea preguntas sobre la equidad y sostenibilidad del sistema de pensiones en el futuro. La situación actual exige una atención cuidadosa y medidas adecuadas para garantizar la viabilidad del sistema en las próximas décadas.