La pérdida auditiva en la población mayor es un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente en el contexto del envejecimiento de la población. Con motivo del Día Mundial de las Personas Sordas, que se celebra el 27 de septiembre, se ha puesto de manifiesto que más de la mitad de las personas mayores de 65 años sufren algún grado de hipoacusia. Este problema de salud pública no solo afecta la calidad de vida de quienes lo padecen, sino que también tiene profundas implicaciones sociales, como el aislamiento y la soledad.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) ha alertado sobre la necesidad de abordar la pérdida auditiva de manera temprana y especializada. En España, se estima que uno de cada diez ciudadanos presenta hipoacusia, lo que equivale a aproximadamente 4,6 millones de personas. Sin embargo, a pesar de la alta incidencia, solo el 39 % de los mayores de 65 años utiliza audífonos u otros dispositivos de ayuda auditiva. Esta brecha en el acceso y la adherencia al tratamiento limita la capacidad de los pacientes para mantener relaciones sociales y participar en actividades cotidianas, aumentando así el riesgo de aislamiento.
### La Relación entre Hipoacusia y Aislamiento Social
La conexión entre la pérdida auditiva y el aislamiento social ha sido objeto de numerosos estudios. Un análisis realizado en España con más de 400 adultos mayores no institucionalizados reveló que aquellos con pérdida auditiva tienen un 78 % más de riesgo de experimentar fragilidad social, que se define como vivir solo, carecer de apoyos o tener baja participación en la comunidad. Este riesgo se triplica en el caso de las mujeres, lo que indica que la hipoacusia tiene un impacto desproporcionado en este grupo.
Las revisiones internacionales también han corroborado que la hipoacusia no tratada multiplica la probabilidad de experimentar soledad no deseada, depresión y deterioro cognitivo. El Dr. Serafín Sánchez, presidente de la SEORL-CCC, enfatiza que «la pérdida auditiva no es solo una limitación sensorial: es un factor de riesgo social y emocional que impacta directamente en la salud global del paciente». La incapacidad para participar en conversaciones y mantener vínculos sociales puede llevar a un ciclo de aislamiento que, a su vez, puede desembocar en problemas más graves como la depresión o incluso la demencia.
### La Importancia de la Detección Temprana y el Tratamiento
Los otorrinolaringólogos juegan un papel crucial en la detección y tratamiento de la pérdida auditiva. Una valoración temprana permite identificar el tipo de hipoacusia y aplicar la solución más adecuada, que puede incluir intervenciones médicas, quirúrgicas, o la adaptación de audífonos e implantes cocleares. Estudios han demostrado que estas intervenciones no solo mejoran la audición, sino que también reducen significativamente la soledad percibida y mejoran la calidad de vida de los pacientes.
La SEORL-CCC hace un llamado a la ciudadanía, especialmente a las personas mayores y sus familias, para que consulten a un especialista ante los primeros signos de pérdida auditiva. Estos signos pueden incluir subir el volumen de la televisión, repetir constantemente las conversaciones o evitar reuniones sociales. Además, se insta a las administraciones públicas a reforzar los programas de detección precoz, garantizar la accesibilidad a audífonos e implantes, y promover campañas de sensibilización que rompan con el estigma asociado al uso de ayudas auditivas.
### La Sordera en Recién Nacidos: Un Problema de Salud Pública
Más allá de la pérdida auditiva en los mayores, es importante destacar que cada año, alrededor de 1.890 recién nacidos presentan algún grado de sordera, lo que representa una incidencia de 5 de cada 1.000 nacimientos. La sordera es uno de los principales problemas de salud pública en el país y en el mundo, con una prevalencia creciente que impacta directamente en el desarrollo del lenguaje, el aprendizaje y la integración social. Por ello, el diagnóstico temprano y el acceso a tratamientos son fundamentales para reducir su impacto.
El Dr. Serafín Sánchez subraya que «la salud auditiva debe considerarse una prioridad para el envejecimiento activo. Escuchar bien no es un lujo, es una necesidad para mantenernos conectados, prevenir la soledad no deseada y asegurar una buena calidad de vida en la vejez». En este sentido, es esencial que tanto la sociedad como las instituciones trabajen en conjunto para abordar estos desafíos y garantizar que las personas, independientemente de su edad, tengan acceso a los recursos necesarios para cuidar de su salud auditiva.