La revista británica ‘The Economist’ ha lanzado una advertencia sobre el futuro del precio de la electricidad en España, sugiriendo que podría seguir en aumento a menos que el Gobierno decida revertir su plan de cierre de las centrales nucleares entre 2027 y 2035. Este análisis se presenta en un artículo titulado ‘Ajustando el sistema solar’, donde se discuten los desafíos que enfrenta el país en su transición energética.
En la última década, España ha logrado transformar su mix energético, logrando que la energía eólica y solar representen más del 40% del suministro total de electricidad. Este cambio ha sido destacado como un éxito, posicionando a España como un líder mundial en la transición energética. Sin embargo, ‘The Economist’ señala que este avance no ha estado exento de problemas.
Uno de los principales desafíos mencionados es que la oferta de energía renovable ha crecido a un ritmo mucho más rápido que la demanda. Esto ha llevado a una inversión excesiva en redes de alta tensión, mientras que la eficiencia en el uso de la energía ha mejorado. Un ejemplo de esto es el cierre de la industria de aluminio, que ha sido impulsado por los altos costos energéticos.
Además, se destaca que la producción de energía solar tiende a ser más alta durante las horas del mediodía, cuando la demanda es baja. Esta desincronización entre producción y demanda ha puesto de manifiesto la falta de inversión en tecnologías de almacenamiento, como las baterías, que son cruciales para equilibrar el suministro de energía renovable.
Luis Rouco, ingeniero eléctrico de la Universidad de Comillas, explica que las energías renovables han alterado la relación tradicional entre el precio de la electricidad y el costo del combustible. Sin embargo, garantizar la seguridad del suministro energético implica la aparición de nuevos costos que deben ser considerados.
A pesar de que el precio de la electricidad disminuyó el año pasado en comparación con el mix energético de 2019, actualmente se observa un aumento en los precios, en gran parte debido al uso del gas. ‘The Economist’ advierte que esta tendencia al alza continuará a menos que se revierta la decisión de cerrar las centrales nucleares, que representaron el 19% de la generación eléctrica en el último año. Estas plantas ofrecen una fuente de energía que es tanto limpia como constante, y su cierre podría tener un impacto significativo en los costos energéticos.
El artículo concluye que, aunque España ha hecho progresos significativos en su revolución energética, aún queda mucho trabajo por hacer en términos de regulación y planificación para completar esta transición. La necesidad de un enfoque equilibrado que incluya tanto energías renovables como fuentes de energía más tradicionales, como la nuclear, es fundamental para asegurar un futuro energético sostenible y asequible para el país.