La reciente cumbre de la OTAN en La Haya ha puesto a España en el centro de un debate candente sobre el gasto en defensa. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha criticado abiertamente a España, señalando que el país es un «problema» en relación con sus contribuciones militares. Mientras la mayoría de los aliados europeos parecen estar dispuestos a aumentar sus inversiones en defensa hasta un 5% del Producto Interior Bruto (PIB), España se mantiene firme en su postura de que puede cumplir con los objetivos de la OTAN con un gasto del 2,1% de su PIB.
La postura de España se basa en análisis realizados por técnicos de las Fuerzas Armadas, que sostienen que el país puede alcanzar las capacidades requeridas sin necesidad de un aumento drástico en el gasto. Sin embargo, esta visión contrasta con la opinión de Trump y del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quien ha sugerido que España debería destinar al menos un 3,5% de su PIB a inversiones militares para alinearse con los objetivos de la Alianza.
La propuesta de aumentar el gasto militar a un 5% incluye un 3,5% en gastos directos y un 1,5% en inversiones indirectas, una fórmula que ha encontrado aceptación entre muchos países europeos. Trump, en su estilo característico, ha elogiado a Rutte por su liderazgo en este tema y ha argumentado que sin su influencia, muchos países europeos no habrían alcanzado el mínimo del 2% en sus gastos de defensa.
A medida que la cumbre avanza, los líderes de la OTAN están buscando un acuerdo que refuerce la unidad y la capacidad de respuesta de la Alianza ante amenazas geopolíticas, especialmente la de Rusia. Rutte ha enfatizado que, dada la situación actual, es imperativo que los países europeos aumenten su gasto en defensa. «No tenemos alternativa. Tenemos que gastar más», afirmó, subrayando la necesidad de equilibrar la carga de defensa entre los países europeos y Canadá.
El primer ministro de los Países Bajos, Dick Schoof, también se ha mostrado optimista sobre la posibilidad de alcanzar un «acuerdo histórico» que refuerce la Alianza. Schoof ha indicado que es esencial que los países aliados trabajen juntos para asegurar la unidad en la toma de decisiones y para impulsar la industria de defensa en Europa.
La postura de España ha sido objeto de debate, y otros líderes europeos han expresado su preocupación por su nivel de gasto militar. El primer ministro estonio, Kristen Michal, ha declarado que Estonia planea destinar un 5,4% de su PIB a gastos militares en 2026, y ha instado a otros aliados a cumplir con el objetivo del 5%. Michal ha argumentado que es crucial para fortalecer las capacidades de defensa y apoyar a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa.
Por su parte, el líder belga Bart de Weber ha señalado que todos los aliados están de acuerdo en adoptar el 5% como objetivo y ha criticado la interpretación que España ha hecho de los acuerdos. Según De Weber, si España cree que puede alcanzar los objetivos de capacidad con menos gasto, es una interpretación que puede ser cuestionada por otros países que también enfrentan restricciones presupuestarias.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha compartido su confianza en que todos los aliados cumplirán con sus responsabilidades para asegurar un reparto justo de la carga de defensa. Mitsotakis ha destacado que Grecia ya destina más del 3% de su PIB a gastos militares y ha subrayado la importancia de que el objetivo del 5% sea vinculante para todos los miembros de la OTAN.
El presidente polaco, Andrzej Duda, ha instado a hacer más para reforzar la seguridad europea, recordando que, aunque Rusia enfrenta dificultades en su guerra en Ucrania, sigue siendo una amenaza a largo plazo. El primer ministro portugués ha reafirmado el compromiso de su país de asumir su parte de responsabilidad en la construcción de un espacio seguro de disuasión, asegurando que las inversiones en defensa continuarán sin comprometer la situación financiera del país.
La cumbre de La Haya se presenta como un momento crucial para la OTAN, donde las decisiones sobre el gasto en defensa y la cooperación entre aliados serán determinantes para el futuro de la Alianza y su capacidad para enfrentar desafíos globales.