La situación en los aeropuertos de Francia se ha vuelto crítica debido a la huelga de controladores aéreos que ha comenzado a afectar a miles de pasajeros justo en el inicio de las vacaciones de verano. Con más de 1.500 vuelos cancelados y un impacto significativo en la movilidad de los viajeros, la Dirección General de Aviación Civil (DGA) ha reportado que el jueves se cancelaron 933 vuelos, lo que representa aproximadamente el 10% de los vuelos programados. En algunos aeropuertos, como Niza, la cancelación de vuelos alcanzó el 50%, mientras que en París-Charles de Gaulle y Orly, el 25% de los vuelos fueron suprimidos, afectando a un total de 350.000 pasajeros diarios durante la temporada alta.
La huelga, que ha sido calificada como un «viernes negro» por muchos, ha generado una ola de críticas tanto de autoridades gubernamentales como de las aerolíneas. El ministro de Transportes, Philippe Tabarot, ha señalado que estas interrupciones costarán «millones de euros» a las compañías aéreas, mientras que el primer ministro, François Bayrou, ha expresado su descontento, afirmando que la huelga toma como rehenes a los ciudadanos franceses en un momento crítico para sus vacaciones. La situación se complica aún más con la posibilidad de que la huelga continúe afectando vuelos durante el fin de semana, en plena operación salida.
### Demandas de los Controladores Aéreos y Contexto de la Huelga
El sindicato Unsa-Icna, uno de los más influyentes en el sector aéreo francés, ha liderado esta protesta junto con Usac-CGT, exigiendo mejores condiciones laborales y un aumento en la plantilla de controladores. Las patronales del sector han denunciado la falta de personal como una de las principales causas de los retrasos y cancelaciones que han afectado a los aeropuertos durante gran parte del verano. Además, han señalado que las herramientas utilizadas por los controladores son obsoletas y que existe una «gestión tóxica» que agrava la situación.
El trasfondo de esta huelga se remonta a una reforma controvertida que se implementó tras un grave incidente en el aeropuerto de Burdeos a finales de 2022, donde dos aviones estuvieron a punto de colisionar. Una investigación posterior atribuyó la responsabilidad del accidente a una mala organización del trabajo de los controladores. Esta reforma, que establece un control de tiempo para los controladores al asumir sus funciones, ha generado descontento entre los trabajadores del sector, quienes consideran que las condiciones laborales han empeorado.
La situación no solo afecta a los pasajeros en Francia, sino que también ha tenido repercusiones en otros países europeos. Aeropuertos en España, por ejemplo, han reportado la cancelación de más de 70 vuelos con origen o destino a Francia, lo que representa el 32% de los viajes programados. Esto ha llevado a una creciente frustración entre los viajeros que se ven atrapados en un caos que parece no tener fin.
### Impacto Económico y Reacciones de las Aerolíneas
La huelga ha suscitado reacciones contundentes por parte de las aerolíneas, que han calificado la situación como «inaceptable». La Asociación de Aerolíneas Europeas (A4E) ha denunciado que el control aéreo en Francia ya es responsable de algunos de los peores retrasos en Europa, lo que pone en evidencia la necesidad de una reforma estructural en el sector. La falta de personal y la ineficiencia en la gestión del tráfico aéreo son problemas que han sido señalados repetidamente, y la actual huelga solo ha exacerbado estas preocupaciones.
Los pasajeros afectados han expresado su frustración a través de las redes sociales, compartiendo sus experiencias de cancelaciones y retrasos. Muchos se sienten impotentes ante una situación que escapa a su control, especialmente en un momento en que muchos planeaban disfrutar de sus vacaciones de verano. Las aerolíneas han intentado ofrecer alternativas a los pasajeros, pero la cantidad de cancelaciones ha hecho que sea un desafío significativo reubicar a todos los afectados.
A medida que la huelga continúa, la presión sobre el gobierno francés y las autoridades de aviación aumenta. La necesidad de encontrar una solución que satisfaga tanto a los controladores aéreos como a las aerolíneas es urgente, ya que la temporada de vacaciones avanza y los pasajeros continúan sufriendo las consecuencias de este conflicto laboral. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si se puede alcanzar un acuerdo que evite más interrupciones en el tráfico aéreo y permita a los viajeros disfrutar de sus merecidas vacaciones sin más contratiempos.