Las tensiones en Israel han alcanzado un nuevo pico tras las recientes protestas de los judíos ultraortodoxos en contra del reclutamiento militar. Este descontento ha puesto al primer ministro Binyamín Netanyahu en una posición delicada, especialmente después de que dos facciones del partido ultra Judaísmo Unido de la Torá (JUT) decidieran abandonar la coalición gubernamental. Esta decisión se produce en un contexto de creciente violencia en Gaza, donde la situación humanitaria se deteriora cada día más.
### La Oposición Ultraortodoxa y el Servicio Militar Obligatorio
El JUT, que representa a la comunidad ultraortodoxa asquenazí, ha sido un pilar fundamental en la coalición más derechista de la historia de Israel, liderada por Netanyahu. Sin embargo, la negativa del gobierno a avanzar en un proyecto de ley que eximiera a los estudiantes de las yeshivas del servicio militar obligatorio ha generado un profundo malestar. La Corte Suprema de Israel ya había dictaminado que era hora de que los jóvenes ultraortodoxos cumplieran con esta obligación, al igual que el resto de la población. A pesar de esto, el ejército no ha apresurado el reclutamiento, lo que ha llevado a protestas masivas y a una creciente presión sobre el gobierno.
La población ultraortodoxa, que ha crecido significativamente en las últimas décadas, ha evitado en gran medida el servicio militar, lo que ha generado un sentimiento de desigualdad entre los diferentes sectores de la sociedad israelí. La situación se ha vuelto aún más tensa en el contexto de la guerra en Gaza, que ha dejado un saldo devastador de bajas tanto en el lado israelí como en el palestino. En este clima de conflicto, la presión sobre Netanyahu para abordar el tema del reclutamiento se ha intensificado.
### La Crisis Humanitaria en Gaza
Mientras las protestas en Israel se intensifican, la situación en la Franja de Gaza se agrava. Según informes recientes, el ejército israelí ha llevado a cabo ataques aéreos que han resultado en la muerte de cientos de palestinos, incluidos muchos que buscaban asistencia humanitaria. La crisis humanitaria en Gaza se ha convertido en un tema central en el debate político israelí, con llamados a un alto el fuego que hasta ahora han sido ignorados por el gobierno.
Desde el inicio de la guerra, más de 58,000 palestinos han perdido la vida y más de 139,000 han resultado heridos. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación, pero las acciones del gobierno israelí continúan sin cambios significativos. La brutalidad de los ataques ha llevado a un aumento en el número de víctimas civiles, lo que ha suscitado críticas tanto dentro como fuera de Israel.
La presión sobre Netanyahu no solo proviene de la comunidad ultraortodoxa, sino también de la creciente insatisfacción pública respecto a la gestión de la guerra y la crisis humanitaria. A medida que las bajas aumentan, también lo hacen las voces que piden una reevaluación de la estrategia militar del gobierno. En este contexto, las acusaciones de que Netanyahu está utilizando la guerra para fortalecer su posición política han comenzado a resonar en los medios y entre los analistas políticos.
La situación es compleja y multifacética, con el futuro del gobierno de Netanyahu en juego. La salida del JUT de la coalición podría debilitar su posición, pero por el momento, el partido Shas, otro grupo ultraortodoxo, ha decidido permanecer en el gobierno. Sin embargo, la presión sobre Netanyahu sigue aumentando, y su capacidad para mantener la coalición en medio de un conflicto tan intenso es cada vez más cuestionada.
En resumen, la crisis en Israel se encuentra en un punto crítico, con protestas que desafían la autoridad del gobierno y una situación humanitaria en Gaza que exige atención urgente. La respuesta de Netanyahu y su administración a estos desafíos será crucial para determinar el futuro político del país y la estabilidad de su gobierno.