La situación del Sevilla FC se ha vuelto crítica tras una nueva derrota en El Sadar, donde el equipo cayó 1-0 ante Osasuna. Este resultado marca la sexta jornada consecutiva sin victorias para el club andaluz, que ahora se encuentra en una posición delicada, coqueteando con la zona de descenso. La controversia en torno a las decisiones arbitrales ha intensificado la tensión entre la afición y la directiva, lo que ha llevado a un clima de descontento palpable entre los seguidores del equipo.
La expulsión de Lukébakio ha sido uno de los puntos más discutidos del partido. El jugador belga recibió una tarjeta roja directa en una jugada que ha generado un intenso debate. Lukébakio fue sancionado por un supuesto codazo a Catena, pero muchos consideran que la decisión fue excesiva y que el VAR debió intervenir para corregir el error del árbitro. En sus redes sociales, el futbolista expresó su indignación, afirmando que «errar es humano, pero con el VAR no hay excusas. Es inaceptable». Esta situación ha dejado al Sevilla en una posición aún más complicada, ya que Lukébakio se perderá el próximo partido crucial contra el Leganés.
La derrota en El Sadar no solo ha afectado el rendimiento del equipo en la liga, sino que también ha exacerbado la frustración de los aficionados. Al llegar al Aeropuerto de San Pablo, los seguidores se congregaron para recibir al equipo con gritos de protesta. La llegada del presidente José María del Nido Carrasco fue especialmente tensa, con aficionados lanzándole billetes y exigiendo su dimisión. «¿Cuándo te vas a ir? Nos vas a llevar a Segunda y a la disolución», le gritaron, reflejando el descontento generalizado con la gestión del club.
La situación del Sevilla FC es alarmante, y la presión sobre la directiva y el cuerpo técnico aumenta con cada partido. La afición, que históricamente ha sido un pilar fundamental del club, se siente traicionada por los resultados y la falta de respuestas ante una crisis que parece no tener fin. La próxima jornada será crucial, no solo para los puntos en juego, sino también para la moral del equipo y la relación con sus seguidores. La presión está en su punto más alto, y el Sevilla deberá encontrar una manera de revertir esta situación antes de que sea demasiado tarde.