La economía española ha mostrado un crecimiento notable en el segundo trimestre de 2025, alcanzando un incremento del 0,7%. Este avance, que representa una décima más que en el trimestre anterior, ha sido impulsado principalmente por el consumo y la inversión, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El crecimiento interanual se mantiene en un 2,8%, cifra similar a la registrada entre enero y marzo. Este desempeño económico se ha sustentado en la demanda interna, que ha aportado 0,9 puntos al crecimiento, mientras que la demanda externa, que incluye las exportaciones e importaciones, ha restado 0,1 puntos.
En términos de inversión, se ha observado un incremento del 2,1% en el segundo trimestre, mientras que el consumo de los hogares ha crecido un 0,8%. Las exportaciones también han mostrado un crecimiento del 1,1%, aunque el consumo público ha experimentado una ligera disminución del 0,1%. En el contexto del crecimiento interanual, la demanda nacional ha contribuido con 3,4 puntos, mientras que la demanda externa ha tenido un impacto negativo de 0,6 puntos.
El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa ha valorado positivamente estos datos, destacando que reflejan el «dinamismo» de la economía española. Según el departamento dirigido por Carlos Cuerpo, el crecimiento está liderado por la demanda interna, impulsada por el consumo y la inversión, en un entorno de debilidad de las exportaciones de bienes debido a la incertidumbre internacional.
En detalle, el gasto en consumo final de los hogares ha aumentado un 0,8% en comparación con el trimestre anterior, y la formación bruta de capital, que representa la inversión, ha registrado un crecimiento del 2,1%. Por otro lado, el gasto en consumo de las administraciones públicas ha mostrado una tasa negativa del 0,1%. Esto indica que, a pesar de la reducción en el gasto público, la economía sigue mostrando signos de fortaleza.
El Ministerio también ha destacado que la demanda nacional continúa en una tendencia ascendente, apoyada principalmente por el consumo de las familias. Este fenómeno refleja la solidez del mercado laboral y el aumento del poder adquisitivo de los ciudadanos. Además, la productividad por hora ha avanzado un 0,5% en el segundo trimestre de 2025, lo que se traduce en un contexto de fuerte creación de empleo, reafirmando la robustez del modelo económico español.
La economía española se posiciona como líder en crecimiento entre las principales economías de la zona euro, y se espera que continúe siendo la que más crezca en 2025, sin desequilibrios macroeconómicos, a pesar de un entorno internacional moderado y con elevada incertidumbre. Este crecimiento sostenido es un indicativo de la resiliencia de la economía española frente a los desafíos globales.
En resumen, el crecimiento del PIB en el segundo trimestre de 2025 es un reflejo del impulso de la inversión y el consumo, que han permitido a la economía española mantener un ritmo de crecimiento positivo. A medida que se avanza en el año, será crucial observar cómo se desarrollan estos indicadores y cómo la economía se adapta a los cambios en el entorno internacional.