La Feria Medieval de los Centros Asistenciales se ha convertido en un evento destacado en León, donde la creatividad y el trabajo de los usuarios de los talleres ocupacionales brillan con luz propia. Este año, cuatro centros asistenciales, todos dependientes de la Diputación de León, han presentado una variada muestra de productos elaborados por sus participantes, destacando la importancia de la inclusión y la visibilidad de las personas con discapacidad en la sociedad.
La feria, que se lleva a cabo en el claustro de la Diputación, ha atraído a un gran número de visitantes interesados en conocer y adquirir los productos que se ofrecen. Desde jabones y velas hasta bisutería y artículos de decoración, cada stand refleja el esfuerzo y la dedicación de los usuarios que, a través de su trabajo, buscan no solo generar ingresos, sino también demostrar su talento y habilidades.
### Un Mercado de Inclusión y Oportunidades
El presidente de la Diputación de León, Gerardo Álvarez Courel, ha subrayado la relevancia de este evento, que no solo permite a los usuarios de los centros mostrar sus creaciones, sino que también les brinda una plataforma para interactuar con la comunidad. «Estamos muy contentos con este mercado e invito a visitarlo durante todo el día de hoy», afirmó Courel, enfatizando la importancia de dar visibilidad a los productos elaborados por personas con discapacidad.
Los centros participantes, Cosamai, Santa Luisa, Nuestra Señora del Valle y Sagrado Corazón, han trabajado arduamente para preparar esta feria. Cada uno de ellos ha aportado productos únicos que reflejan la creatividad de sus usuarios. Por ejemplo, Modesta, del centro Sagrado Corazón, ha dedicado todo el año a la elaboración de chapas que presentan imágenes de cantantes y personajes famosos. «Se están vendiendo muy bien. Son dos por 1 euro», comentó con entusiasmo, destacando la gran demanda que han tenido sus productos.
Belén Carpintero, quien participa en los talleres de Nuestra Señora del Valle, compartió su experiencia: «Lo que más me gusta es estar activa y separar los colores de parafina». En su puesto, los visitantes pueden encontrar velas, jabones, servilleteros y cestos elaborados con cuerdas, todos productos que han sido creados con esmero y dedicación.
Patricia Vega, otra de las participantes, mostró con orgullo sus pendientes estampados en madera y las bolsas de tela para libros. «Ya voy camino de los dos años en el taller de estampación», comentó, resaltando la importancia de estos talleres no solo como una fuente de ingresos, sino también como una forma de desarrollo personal y social.
### Un Encuentro Cultural y Recreativo
La Feria Medieval no solo se limita a la exposición y venta de productos. En el claustro, se han instalado juegos medievales que invitan a los asistentes a disfrutar de una experiencia lúdica y cultural. Además, el grupo Sortaina de Astorga ha amenizado la velada con música y danzas, creando un ambiente festivo que atrae tanto a jóvenes como a adultos.
Este tipo de eventos son cruciales para fomentar la inclusión social y la sensibilización sobre la discapacidad. La participación activa de los usuarios en la feria les permite no solo mostrar sus habilidades, sino también interactuar con la comunidad, rompiendo barreras y estigmas que a menudo enfrentan. La feria se convierte así en un espacio de encuentro donde la diversidad es celebrada y valorada.
La Diputación de León ha mostrado su compromiso con la inclusión y el apoyo a las personas con discapacidad a través de iniciativas como esta. Al fomentar la participación de los centros asistenciales en eventos públicos, se contribuye a crear una sociedad más justa y equitativa, donde todos los individuos tengan la oportunidad de brillar y ser reconocidos por sus talentos.
La Feria Medieval de los Centros Asistenciales es, por tanto, un ejemplo de cómo la creatividad y el trabajo en equipo pueden transformar vidas y generar un impacto positivo en la comunidad. A medida que los visitantes recorren los stands y adquieren productos, no solo están apoyando a los usuarios de los talleres, sino que también están participando en un movimiento hacia la inclusión y la aceptación de la diversidad en todas sus formas. La feria se convierte en un símbolo de esperanza y un recordatorio de que cada persona, sin importar sus capacidades, tiene algo valioso que ofrecer al mundo.