La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, conocidos como OPEP+, han decidido incrementar su producción de crudo en 547.000 barriles diarios. Esta decisión se produce en un contexto donde el barril de Brent ha acumulado un retroceso de más del 10% en las últimas dos semanas, lo que ha generado un impacto significativo en los precios del petróleo a nivel global.
El aumento de la producción de crudo por parte de la OPEP+ se ha visto liderado por países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Rusia, quienes han incrementado su oferta en 335.000 barriles diarios durante el mes de julio. A pesar de que esta cifra se encuentra por debajo de los objetivos establecidos por la organización, representa un avance notable en un mercado donde la demanda se ha visto afectada por la ralentización económica en regiones clave como Europa, Estados Unidos y China.
Los datos indican que, aunque algunos países han logrado aumentar su producción, otros como Irak y Kazajistán han experimentado retrocesos significativos. Esto pone de manifiesto que, a pesar de los esfuerzos por parte de la OPEP+ para castigar a los países incumplidores y evitar la pérdida de cuota de mercado frente a productores externos, solo unos pocos miembros tienen la capacidad de reaccionar rápidamente y aumentar su producción.
El incremento en la producción de crudo ha llevado a una presión a la baja sobre los precios del petróleo. Recientemente, el precio del barril de Brent cayó un 0,7%, situándose en 66,1 dólares, lo que representa una disminución acumulada de más del 10% en comparación con los niveles de hace dos semanas. Esta reducción en los precios no solo beneficia a países con alta dependencia de las importaciones de petróleo, como España, sino que también introduce un exceso de suministro que reduce la prima de riesgo geopolítica asociada a la inestabilidad en Oriente Medio.
Uno de los factores que ha contribuido a la estabilidad de los precios del Brent, a pesar de las tensiones en la región, es precisamente este exceso de oferta. Arabia Saudita y sus aliados comenzaron a aumentar su producción antes de que se intensificaran los conflictos, lo que ha permitido mitigar el impacto de la inestabilidad en los precios del crudo.
Además, la OPEP ha revisado al alza sus previsiones de demanda mundial de crudo para el próximo año, aumentando su pronóstico en 100.000 barriles diarios, lo que lleva la cifra total a 106,52 millones de barriles diarios. Este ajuste se debe a un mejor desempeño económico esperado en países de la OCDE, así como en Oriente Medio y África, lo que podría impulsar la demanda de petróleo a medida que se disipan los temores sobre el comercio internacional.
Sin embargo, se espera que el exceso de suministro continúe, ya que se proyecta que los países no pertenecientes a la OPEP incrementen su producción en 700.000 barriles diarios, aunque esta cifra es inferior a la proyección anterior de 800.000 barriles. Por su parte, la OPEP+ planea aumentar su suministro en dos millones de barriles, lo que sugiere que el crecimiento de la oferta superará al de la demanda en el futuro cercano.
En resumen, el incremento en la producción de crudo por parte de la OPEP+ está generando un impacto significativo en el mercado petrolero, con precios en descenso y una demanda que comienza a mostrar signos de recuperación. A medida que los grandes productores continúan aumentando su oferta, el equilibrio entre la oferta y la demanda seguirá siendo un factor clave a observar en los próximos meses.