En el año 2024, Renfe, la principal operadora ferroviaria de España, reportó un alarmante incremento en los actos de vandalismo que afectaron a sus trenes. Con un total de 6,568 incidencias registradas, el costo directo de estos actos alcanzó los 11.2 millones de euros. Este fenómeno no solo representa una carga económica significativa, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y la calidad del servicio ofrecido a los pasajeros.
Los actos de vandalismo más comunes incluyen la realización de grafitis, que sumaron 4,281 incidentes, así como la rotura de cristales y la vandalización de elementos de seguridad, que representaron el 26% y el 9% de las incidencias, respectivamente. La compañía ferroviaria ha expresado su agradecimiento a la Policía Nacional por la reciente detención de 29 individuos, presuntamente involucrados en la realización de 287 grafitis en trenes, así como en la resolución de 319 delitos relacionados con estos actos.
La operación policial, que se llevó a cabo el 29 de mayo de 2025, fue el resultado de una investigación exhaustiva que comenzó en septiembre de 2024. Esta investigación requirió una coordinación significativa entre diversas unidades policiales y el personal de seguridad de Renfe en todo el país. Las detenciones se realizaron en varias ciudades, incluyendo Madrid, Málaga, Valencia, Barcelona, Alicante, Soria y León, lo que demuestra la extensión del problema a nivel nacional.
Renfe ha subrayado la importancia de la colaboración con las fuerzas de seguridad en la lucha contra el vandalismo, que no solo genera un impacto económico, sino que también compromete la seguridad de los viajeros y del personal. Los actos vandálicos, como la rotura de cristales y la manipulación de objetos de seguridad, pueden provocar retrasos en los servicios y afectar la calidad del transporte público.
Cada año, Renfe destina miles de horas a la limpieza de grafitis y otros daños. En 2023 y 2024, la compañía limpió más de 147,230 metros cuadrados de grafitis, lo que equivale a más de 20 campos de fútbol. Este esfuerzo tiene un costo anual de aproximadamente 24 millones de euros, que incluye gastos directos e indirectos relacionados con la limpieza, el personal, los equipos de protección y la gestión de residuos.
La limpieza de grafitis requiere más de 10,000 horas de trabajo al mes, lo que refleja la magnitud del problema. Además, el impacto medioambiental de estos actos es considerable. Renfe estima que los grafiteros utilizan anualmente 16,000 litros de pintura, que contienen sustancias tóxicas como benceno y 1,3-butadieno, generando alrededor de 40,000 botes de pintura como residuo peligroso. Para mitigar este impacto, la compañía ha implementado protocolos de limpieza que evitan que los residuos lleguen al suelo, utilizando mantas absorbentes y un sistema de gestión medioambiental especializado.
Renfe ha reiterado su compromiso con la seguridad y la calidad del transporte público, así como su intención de seguir colaborando con las fuerzas de seguridad para prevenir estos actos delictivos. La compañía reconoce que el vandalismo no solo afecta su economía, sino que también tiene repercusiones en la percepción pública del servicio ferroviario y en la confianza de los usuarios.
La situación actual pone de manifiesto la necesidad de abordar el problema del vandalismo en el transporte público de manera integral. Esto implica no solo la intervención de las fuerzas de seguridad, sino también la sensibilización de la comunidad sobre el impacto negativo de estos actos. La educación y la concienciación pueden jugar un papel crucial en la reducción de estos incidentes, fomentando un sentido de responsabilidad y respeto hacia el patrimonio público.
En resumen, el vandalismo en los trenes de Renfe representa un desafío significativo que requiere una respuesta coordinada y efectiva. La colaboración entre la empresa, las autoridades y la comunidad es esencial para garantizar un servicio ferroviario seguro, eficiente y de calidad para todos los usuarios.