El reciente triunfo de JJ en Eurovisión 2025 ha generado un amplio debate sobre la intersección entre la música y la política en uno de los concursos más emblemáticos del mundo. Con su canción «Wasted Love», el artista austriaco no solo se llevó el primer lugar en Basilea, Suiza, sino que también dejó claro su descontento con la forma en que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) maneja la participación de países en conflicto. En una serie de declaraciones, JJ ha expresado su decepción por la política que, según él, ha tomado protagonismo en un evento que debería centrarse en el arte y la creatividad.
La controversia se centra en la decisión de la UER de expulsar a Rusia del festival, mientras que Israel, un país también involucrado en conflictos bélicos, pudo participar sin restricciones. JJ, aunque no menciona a Israel directamente, señala que es decepcionante que algunos países sean excluidos mientras que otros, que están en guerra, continúan en la competencia. «La política siempre forma parte de Eurovisión. Quiero decir, es un gran concurso musical en el que se reúnen 37 países. Así que siempre va a haber un aspecto político detrás», comentó en una entrevista.
### La Doble Vara de Medir en Eurovisión
La crítica de JJ no es un caso aislado. Otros representantes de diferentes países también han alzado la voz sobre la aparente doble moral de la UER. Por ejemplo, el representante de Croacia ha manifestado que la situación actual es insostenible y que se necesita una revisión de las políticas que rigen el festival. La percepción de que la UER actúa de manera selectiva en función de intereses políticos ha llevado a muchos a cuestionar la integridad del concurso.
JJ ha enfatizado que el festival debería ser un espacio donde la música y el arte sean los protagonistas, y no las tensiones políticas. «Me decepciona mucho que el aspecto político sea el centro de atención en lugar del arte que se presenta», afirmó. Esta declaración resuena con muchos fanáticos y artistas que ven en Eurovisión una plataforma para la diversidad cultural y la expresión artística, más que un campo de batalla político.
El artista también reflexionó sobre su experiencia en el festival, señalando que, a pesar de la tensión política, este año fue más tranquilo en comparación con el anterior. En Eurovisión 2024, la atmósfera fue tensa, marcada por la controversia y el conflicto. JJ describió el momento de la decisión final entre Austria e Israel como «una locura», donde la emoción y la ansiedad se apoderaron del ambiente. Sin embargo, el apoyo del público austriaco fue abrumador, lo que le permitió a su equipo celebrar una victoria que parecía inalcanzable.
### La Experiencia de Eurovisión: Más Allá de la Competencia
Más allá de la política, JJ también compartió su experiencia personal durante la semana del festival. Habló sobre su relación con otros artistas, incluyendo a Melody, la representante española. A pesar de las barreras del idioma, JJ destacó la personalidad vibrante de Melody y cómo su cercanía en el camerino permitió que ambos compartieran momentos divertidos. Esta interacción entre artistas de diferentes países es uno de los aspectos más enriquecedores de Eurovisión, donde la música une a personas de diversas culturas.
En cuanto a su actuación, JJ alabó el trabajo de su equipo creativo, Sergio Jaén y Borja Rodas, quienes diseñaron una puesta en escena innovadora que capturó la atención del público. La presentación, marcada por un estilo en blanco y negro, fue el resultado de una colaboración fluida y profesional. «Hicieron una obra maestra y fue muy fácil trabajar con ellos. Son muy rápidos y muy inteligentes», comentó el artista, destacando la importancia de tener un equipo que entienda la visión artística y la ejecute de manera efectiva.
La combinación de música, arte y política en Eurovisión 2025 ha dejado una huella significativa en la percepción del festival. La voz de JJ, junto con la de otros artistas, está llamando la atención sobre la necesidad de un cambio en la forma en que se gestionan las participaciones de los países. La música, después de todo, debería ser un puente que une a las naciones, no un campo de batalla para disputas políticas. En un mundo donde la política a menudo eclipsa el arte, la esperanza es que Eurovisión pueda volver a ser un espacio donde la creatividad y la diversidad cultural sean celebradas por encima de todo.