En un contexto de creciente tensión en Nueva York, la policía ha iniciado una investigación sobre los ataques perpetrados por grupos pro-Israel contra manifestantes pro-Palestinos. Este incidente se produjo durante la visita del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, a una sinagoga en Brooklyn, un evento que ha desatado una serie de enfrentamientos entre diferentes grupos en la ciudad.
La situación se tornó violenta cuando dos mujeres fueron hostigadas por un grupo de hombres judíos ortodoxos que apoyaban al ministro. El ataque ocurrió cerca de la sede mundial del movimiento Chabad-Lubavitch en Crown Heights, donde se había convocado un acto en el que Ben-Gvir estaba presente. La policía de Nueva York ha confirmado que está investigando estos ataques, que han sido ampliamente condenados por diversas figuras públicas, incluido el alcalde Eric Adams.
Uno de los momentos más impactantes del incidente fue capturado en un video que muestra a una de las mujeres siendo perseguida por un grupo de hombres, quienes la pateaban, escupían y le arrojaban objetos mientras gritaban amenazas. La mujer, que ha optado por permanecer en el anonimato por razones de seguridad, relató que temió por su vida durante el ataque. A pesar de la presencia policial, la mujer sintió que no recibió la protección adecuada, lo que ha generado críticas sobre la respuesta de las autoridades en situaciones de violencia.
La víctima explicó que salió de su apartamento atraída por el bullicio en la calle, solo para encontrarse rodeada por un grupo hostil. «Pensé que la policía me protegería de la manada, pero no hizo nada para intervenir», afirmó. Este sentimiento de desamparo ha resonado entre otros testigos y manifestantes que han expresado su preocupación por la seguridad en las protestas.
En otro incidente relacionado, otra mujer fue separada de los manifestantes pro-Palestinos y también fue agredida por los contra-manifestantes pro-Israel. En total, seis personas fueron detenidas durante las protestas, aunque no está claro en qué lado de las manifestaciones se encontraban. El alcalde Adams ha calificado estos actos de «detestables» y ha enfatizado que Nueva York debe ser un lugar donde se pueda protestar pacíficamente, sin tolerar la violencia ni la intimidación.
La visita de Ben-Gvir ha sido objeto de controversia desde el principio, dado su historial y su postura política. Las dos sinagogas más prominentes de Nueva York se negaron a recibirlo, lo que refleja la división y el descontento que su presencia ha generado incluso dentro de la comunidad judía. Este tipo de tensiones no son nuevas en la ciudad, que ha sido un punto focal de las discusiones sobre el conflicto israelí-palestino, pero los recientes incidentes han llevado la situación a un nuevo nivel de confrontación.
Los enfrentamientos en Brooklyn han puesto de relieve la polarización que existe en torno a este tema, así como la necesidad de un diálogo más constructivo y menos violento. La comunidad local y las autoridades están bajo presión para abordar estos problemas de manera efectiva y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, independientemente de sus creencias o afiliaciones políticas.
La situación en Nueva York es un reflejo de las tensiones más amplias que se viven en otras partes del mundo, donde las manifestaciones a menudo se convierten en escenarios de violencia. La respuesta de las autoridades y la comunidad será crucial para determinar cómo se desarrollarán estos eventos en el futuro y si se podrá encontrar un camino hacia la paz y la comprensión mutua en un contexto tan cargado de emociones y conflictos históricos.