El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, continúa sin beneficiarse de la ley de amnistía, casi un año después de su aprobación en el Congreso de los Diputados. Esta situación ha generado un intenso debate en el ámbito político catalán y ha puesto de manifiesto las tensiones entre los partidos independentistas y el Gobierno español.
La ley de amnistía fue aprobada el 30 de mayo de 2024, un día que se celebró con entusiasmo por parte de los partidos independentistas, quienes vieron en esta norma una oportunidad para cerrar heridas del pasado. Sin embargo, a pesar de la aprobación, Puigdemont y otros miembros de su partido, Junts, no han podido beneficiarse de esta ley, lo que ha llevado a cuestionar su efectividad y la voluntad del Gobierno de aplicar la amnistía de manera justa.
En el momento de la votación, Junts se mostró escéptico respecto a la ley, argumentando que no protegía adecuadamente a todos los encausados del proceso independentista. A pesar de su oposición inicial, la ley fue finalmente aprobada y algunos miembros de ERC, como Marta Rovira, pudieron regresar a Cataluña tras años de exilio. Sin embargo, Puigdemont y otros líderes de Junts, como Lluís Puig y Toni Comín, siguen sin poder regresar, ya que el Tribunal Supremo decidió no aplicar la amnistía a su caso por el delito de malversación.
La situación se complica aún más con la reciente confirmación del Tribunal Supremo de que no se aplicará la amnistía a Puigdemont. Este fallo ha sido criticado por el propio expresidente, quien ha calificado a la justicia española como «la toga nostra», sugiriendo que existe un sesgo en el sistema judicial que afecta a los líderes independentistas. La decisión ahora recae en el Tribunal Constitucional, donde la defensa de Puigdemont ha presentado un recurso de amparo, buscando el levantamiento de las medidas cautelares que le impiden regresar a su tierra.
Desde Junts, hay una creciente presión sobre el Gobierno español para que se aplique la ley de amnistía a Puigdemont antes de que finalice el año. Sin embargo, el secretario general de Junts ha criticado la falta de diálogo por parte del PSOE y de figuras clave como Pedro Sánchez y Salvador Illa, quienes, según él, están «blanqueando» la prevaricación de algunos jueces al no reunirse con Puigdemont ni abordar su situación.
El contexto político en Cataluña es tenso, y la falta de avances en la aplicación de la ley de amnistía ha llevado a Junts a dar un ultimátum al Gobierno. El partido ha declarado que, si no se cumplen las condiciones acordadas en Bruselas antes de finales de mayo, retirarán su apoyo al Gobierno. Esta situación podría tener repercusiones significativas en la estabilidad del Ejecutivo español y en el futuro del diálogo entre Cataluña y el Gobierno central.
A medida que se acerca el primer aniversario de la aprobación de la ley de amnistía, las expectativas entre los partidos independentistas son altas. Sin embargo, la realidad es que la situación de Puigdemont sigue siendo incierta. La falta de un acuerdo claro y la continua resistencia del sistema judicial español a aplicar la amnistía a los líderes independentistas plantea interrogantes sobre el futuro del independentismo catalán y la posibilidad de un diálogo constructivo con el Gobierno español.
En este contexto, la figura de Puigdemont sigue siendo central en la política catalana. Su regreso a Cataluña podría ser un símbolo de reconciliación y un paso hacia la normalización de las relaciones entre Cataluña y el Gobierno español. Sin embargo, hasta que no se resuelva su situación legal, la incertidumbre seguirá siendo la norma en el panorama político catalán.