El Gobierno del Principado de Asturias se prepara para iniciar una serie de reuniones con los grupos parlamentarios con el fin de conseguir la aprobación del Presupuesto para el año 2026. Este proceso, que comenzará mañana, se presenta como un reto significativo, ya que el Ejecutivo ha convocado a todos los partidos, excepto a Vox, lo que indica una estrategia de diálogo, aunque con limitaciones en las opciones de respaldo. La diputada del grupo mixto, Covadonga Tomé, se convierte en una figura clave en este proceso, ya que el apoyo de su voto podría ser determinante para la aprobación de las cuentas.
Los presupuestos de 2026 se perfilan como los más altos de la historia de Asturias, superando incluso la cifra récord del ejercicio anterior, que se situó en 6.664 millones de euros. A pesar de que el Ministerio de Hacienda ha anunciado un aumento del 5,6% en los ingresos a cuenta, el Gobierno aún no ha definido una cuantía global, lo que añade incertidumbre a la negociación. Este aspecto es crucial, ya que el Ejecutivo debe equilibrar las exigencias de la regla de gasto y evaluar el remanente de los fondos MMR que se incorporarán a las cuentas del próximo año.
La situación se complica aún más por los recelos existentes entre Izquierda Unida (IU) y Covadonga Tomé. IU ha solicitado que la negociación con la diputada se realice de manera conjunta, buscando no solo asegurar su apoyo, sino también evitar que se perciba que se puede obtener más desde fuera del Gobierno. Tomé ha dejado claro que su intención es influir en la reforma tributaria que el Gobierno ha presentado a la Junta General, lo que ha generado tensiones con IU, que ve esta postura como un intento de condicionar su respaldo a cambios en la propuesta tributaria.
La portavoz socialista en la Junta, Dolores Carcedo, ha señalado que la constitución de la ponencia parlamentaria para discutir el proyecto de rebaja del IRPF se llevará a cabo de manera paralela a la negociación presupuestaria. Sin embargo, Tomé ha enfatizado la necesidad de discutir las enmiendas en materia tributaria antes de que comience el trabajo parlamentario, lo que podría generar más fricciones en el proceso.
Por otro lado, las condiciones impuestas por el Partido Popular (PP) y Foro Asturias añaden más presión al Ejecutivo. Luis Venta, diputado del PP, ha declarado que su grupo solo asistirá a la reunión de Presupuestos por respeto institucional, pero ha dejado claro que no habrá posibilidad de acuerdo sin una rebaja fiscal. Esta postura ha sido respaldada por el portavoz de Foro Asturias, Adrián Pumares, quien también ha exigido una deflactación del IRPF para evitar lo que considera subidas encubiertas de impuestos. Ambos partidos han criticado la falta de planificación y liderazgo del Gobierno en la elaboración de los presupuestos, lo que podría poner en riesgo la estabilidad política en la región.
La situación actual refleja un panorama complejo en el que el Gobierno de Adrián Barbón debe navegar entre las exigencias de sus socios y la oposición. La falta de consenso y las tensiones internas podrían dificultar la aprobación de un presupuesto que, en teoría, debería ser un reflejo de las necesidades y prioridades de la ciudadanía asturiana. A medida que se acercan las reuniones, la atención se centra en cómo el Ejecutivo logrará articular un acuerdo que satisfaga a las distintas partes involucradas y permita avanzar en la gestión de los recursos públicos de manera efectiva.
