La crisis del cribado de cáncer de mama en Andalucía ha desatado una ola de movilizaciones que han puesto de manifiesto la necesidad urgente de atención y respuesta por parte de las autoridades sanitarias. El pasado 8 de octubre, la asociación de mujeres con cáncer de mama, conocida como Amama, organizó una manifestación en Sevilla que reunió a miles de personas, marcando un hito en la lucha por la mejora de los servicios de salud en la región. Esta manifestación no solo fue un grito de auxilio por parte de las afectadas, sino también una clara señal de descontento hacia la gestión del gobierno andaluz en materia de salud pública.
La manifestación, que tuvo lugar en la Avenida de la Constitución, frente a la sede de la Consejería de Salud, fue un evento transversal que reunió a mujeres de diversas edades y orígenes, así como a representantes de sindicatos, partidos políticos y otras organizaciones sociales. La presidenta de Amama, Ángela Claverol, hizo un llamado a la participación de todos, enfatizando que la lucha no solo es de las mujeres afectadas, sino de toda la sociedad. «Que salgan las mujeres, pero también maridos, hijos o niños», instó Claverol, subrayando la importancia de la solidaridad familiar y comunitaria en esta causa.
La crisis de los cribados de cáncer de mama ha sido un tema candente en la agenda política andaluza, especialmente tras la revelación de que más de 2.300 mujeres no habían recibido la comunicación adecuada sobre sus resultados de cribado. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza entre las pacientes, quienes exigen respuestas claras y un plan de mejora que garantice la calidad y la seguridad en los procesos de detección precoz del cáncer.
### La Respuesta de la Junta de Andalucía
La Junta de Andalucía, liderada por el presidente Juanma Moreno, ha enfrentado críticas severas por su gestión en este ámbito. A pesar de que el gobierno ha intentado implementar una «nueva etapa sanitaria» con contratos y planes de choque, las manifestaciones han evidenciado un profundo malestar entre la población. La relación entre Amama y el gobierno autonómico se ha deteriorado, y las protestas han sido una respuesta directa a la falta de comunicación y a la ineficacia percibida en la gestión de la salud pública.
La situación se ha complicado aún más con la dimisión de la consejera de Salud, Rocío Hernández, horas después de la primera manifestación. Este cambio en el gabinete ha generado aún más incertidumbre sobre el futuro de la política sanitaria en Andalucía. Las críticas no solo provienen de las afectadas, sino también de la oposición política, que ha intensificado su discurso contra el gobierno, acusándolo de desatender las necesidades de la población.
A pesar de la presión, la Junta ha admitido que hay un número significativo de casos que no habían sido comunicados a las pacientes, lo que ha llevado a un aumento en la desconfianza hacia el sistema de salud. Las mujeres afectadas exigen que se depuren responsabilidades y que se establezcan mecanismos claros para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
### La Organización de la Protesta
La organización de la manifestación del 26 de octubre ha sido un esfuerzo colectivo que ha involucrado a múltiples actores sociales. Amama, aunque es una entidad con recursos limitados, ha logrado movilizar el apoyo de sindicatos como CCOO, UGT y CGT, así como de plataformas sociales como Mareas Blancas. Estos grupos han colaborado en la difusión de la protesta y en la logística necesaria para garantizar una participación masiva.
La movilización no solo se limita a Sevilla; se han programado réplicas en otras provincias andaluzas, lo que indica que el descontento es generalizado. La participación de asociaciones de mujeres de toda Andalucía ha sido fundamental, y se espera que al menos dos autobuses por provincia se desplacen a Sevilla para unirse a la protesta. Sin embargo, también se han reportado ausencias notables, como la Asociación Española contra el Cáncer y el Sindicato Médico, que han decidido no participar en esta convocatoria.
La estrategia de movilización incluye la difusión de carteles y mensajes en redes sociales, donde se invita a la población a unirse a la causa. La presión social ha sido un factor clave en la organización de estas manifestaciones, y se espera que continúen en el futuro cercano, especialmente con la próxima movilización programada para el 9 de noviembre.
La situación actual en Andalucía refleja un momento crítico en la lucha por la salud de las mujeres con cáncer de mama. La combinación de desconfianza hacia el sistema de salud y la falta de comunicación efectiva ha llevado a una movilización sin precedentes, donde la voz de las afectadas se ha convertido en un clamor colectivo por justicia y atención. La respuesta de las autoridades y la capacidad de la sociedad civil para organizarse y exigir cambios serán determinantes en el futuro de la atención sanitaria en la región.
