La inversión inmobiliaria en Barcelona ha experimentado un notable crecimiento en los primeros nueve meses de 2025, alcanzando la cifra de 2.650 millones de euros. Este aumento, que representa una duplicación en comparación con el año anterior, refleja una consolidación del mercado tras un periodo de incertidumbre provocado por el incremento de los tipos de interés y las dudas de los inversores sobre ciertos activos, especialmente en el sector de oficinas. La consultora inmobiliaria JLL ha destacado que la reactivación del capital se ha visto impulsada por inversores locales y el regreso de algunos fondos internacionales, aunque aún no se ha logrado el retorno de los grandes inversores institucionales alemanes, que son considerados un indicador clave de la normalización del mercado.
La actividad inversora en Barcelona ha superado en un 23% el volumen total transaccionado en 2024. Según Xavier Cotet, director de mercados de capital de JLL en Barcelona, «los inversores internacionales ven a Barcelona como un destino muy atractivo en prácticamente todos los sectores del mercado. Los fundamentos de los segmentos de comercio, oficinas, hoteles y logística son espectaculares». Sin embargo, la regulación vigente en torno al alquiler residencial ha limitado la inversión en este segmento, lo que ha llevado a los inversores a buscar oportunidades en regiones con normativas más flexibles, penalizando así al mercado barcelonés en comparación con otras ciudades españolas.
Un aspecto interesante de este auge es que el 58% de las operaciones han sido llevadas a cabo por inversores españoles, una tendencia que se ha consolidado en los últimos dos años. Los altos tipos de interés en 2023 habían paralizado la actividad de los grandes fondos internacionales, lo que permitió a inversores nacionales de menor tamaño, como las ‘family office’, ganar protagonismo en el mercado, ya que operan con menos apalancamiento. A medida que los costes del dinero han ido disminuyendo, la participación de los fondos internacionales ha comenzado a aumentar nuevamente. Se espera que el retorno de grandes fondos institucionales alemanes, como Allianz, DWS, KanAm, Real I.S. o Patrizia, marque el cierre de este ciclo de mercado y el inicio de uno de plena normalidad. Estos inversores buscan activos core, lo que implica grandes sumas de dinero por activos de bajo riesgo, como alquileres a largo plazo en edificios de grado A bien ubicados y con inquilinos de calidad.
En el último año, Kgal ha sido el único fondo alemán que ha realizado una operación en Barcelona. Sin embargo, los fondos alemanes están dispuestos a pagar precios elevados por activos de gran calidad y bajo riesgo, lo que indica un interés renovado en el mercado.
El sector de oficinas ha sido el principal motor de esta recuperación. A pesar de que la pandemia había reducido el interés de los inversores, la adopción de modelos de trabajo híbridos ha revitalizado el mercado. Hasta septiembre de 2025, el volumen de inversión en este sector ha alcanzado los 691 millones de euros, y se prevé que supere los 800 millones de euros al final del año. Aunque la venta de la sede de Planeta por parte de Blackstone a Pontegadea, la ‘family office’ del fundador de Inditex, Amancio Ortega, por 220 millones de euros ha sido un hito destacado, también se han llevado a cabo numerosas operaciones de tamaño medio a lo largo del año.
El segmento hotelero ha registrado una inversión de 492 millones de euros, lo que representa un aumento del 85%. Este sector ha sido uno de los motores de la inversión inmobiliaria en los últimos años, impulsado por el crecimiento del turismo, tanto en términos de llegadas de visitantes extranjeros como en el gasto. Entre las operaciones más destacadas se encuentra la compra del grupo MedPlaya por parte de Azora por 120 millones de euros.
El sector residencial, que incluye viviendas, residencias de estudiantes y de ancianos, ha alcanzado una inversión de 763 millones de euros, lo que representa un aumento del 99%, aunque con variaciones significativas entre sus diferentes activos. El residencial de alquiler ha crecido un 38%, alcanzando los 218 millones de euros, mientras que el flex living ha registrado diez millones. Las residencias de estudiantes han visto un aumento del 118%, alcanzando los 415 millones de euros, y los activos de salud han experimentado un crecimiento del 247%, alcanzando los 120 millones de euros. Por otro lado, el mercado logístico ha sumado 525 millones de euros, lo que representa un aumento del 514%. Este tipo de activos es altamente valorado por los inversores, aunque la escasez de productos disponibles ha limitado las transacciones. El sector comercial también ha mostrado un crecimiento significativo, registrando 180 millones de euros, lo que equivale a un aumento del 290%.
En cuanto al alquiler de oficinas, se espera que supere los 300.000 m² en 2025. La adopción de modelos híbridos entre el trabajo presencial y el teletrabajo ha impulsado la demanda de espacio por parte de las empresas. En los primeros nueve meses del año, Barcelona ha acumulado 263.000 m², lo que representa un aumento del 14% en comparación con el año anterior y el mejor dato desde 2019, que fue un año récord. Laura Caballero, directora de Investigación y Estrategia de JLL España y responsable de la oficina de Barcelona, ha señalado que con estas cifras de contratación acumulada, se prevé que se superen los 320.000 m². Estos volúmenes sitúan el mercado barcelonés dentro de su actividad tradicional.
El distrito tecnológico 22@ ha representado el 48% del total contratado en la ciudad, seguido por la Diagonal y Passeig de Gràcia (Central Business District) con un 15% y el centro de la ciudad con un 21%. Caballero ha destacado que la evolución del mercado está siendo mejor de lo previsto, con una tasa de desocupación del 8,7%, cuando la previsión para finales del año era del 9%. Además, el 40% de las operaciones han superado los 1.000 m², lo que podría ser un hecho puntual, pero se espera que la tendencia se mantenga, ya que hay varios contratos pendientes de firma.