La comunidad educativa de La Pola de Gordón se unió una vez más en un acto de solidaridad y esperanza, organizando la tercera carrera en favor de Darío, un niño que padece Fibrodisplasia Osificante Progresiva (FOP), una enfermedad extremadamente rara. Este evento, que tuvo lugar en el colegio Federico García Lorca, reunió a más de 20 centros educativos de toda España, quienes se sumaron a la causa con entusiasmo y dedicación.
La carrera no solo fue una competencia, sino un símbolo de apoyo y cariño hacia Darío y su familia. Con lemas como «Te queremos Darío» y «Investigación FOP» impresos en sus dorsales, los participantes, que incluían desde bebés de guardería hasta estudiantes de secundaria, mostraron que la unión y la solidaridad pueden hacer una gran diferencia en la vida de quienes enfrentan desafíos de salud.
### Un Evento que Trasciende Fronteras
La carrera se ha convertido en un evento emblemático que trasciende las fronteras del municipio. Desde su primera edición, la iniciativa ha logrado recaudar más de 80.000 euros, y en la segunda edición, se alcanzaron los 28.000 euros. Estos fondos han sido cruciales para apoyar la investigación sobre la FOP, permitiendo que la asociación Por dos pulgares de nada, creada por la familia de Darío, realice donaciones significativas para impulsar estudios que puedan ayudar a encontrar tratamientos para esta enfermedad.
El lema de este año, «del 10 del 10, un día de 10!», refleja el espíritu festivo y positivo que rodea al evento. La participación no solo se recompensa con la satisfacción de ayudar, sino que también permite que el nombre de cada colegio participante aparezca en un corazón simbólico que representa la lucha de Darío y de todos los afectados por la FOP. Esta visibilidad es fundamental para concienciar a la sociedad sobre la enfermedad y la necesidad de investigar más al respecto.
La asociación Por dos pulgares de nada ha destacado la importancia de que los niños conozcan la enfermedad y a Darío, ya que esto no solo fomenta la empatía, sino que también educa a las nuevas generaciones sobre la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo. A través de estas iniciativas, se busca no solo recaudar fondos, sino también crear un ambiente de comprensión y apoyo en torno a la FOP.
### La Fuerza de la Comunidad
La participación de colegios de diferentes partes del país ha sido un testimonio del poder de la comunidad. Cada año, más centros educativos se suman a la causa, lo que demuestra que la solidaridad no tiene límites. La carrera se ha convertido en un evento que no solo involucra a los estudiantes, sino también a sus familias y a la comunidad en general, creando un lazo que une a todos en torno a una causa común.
El evento también ha servido como plataforma para que los padres y educadores hablen abiertamente sobre la FOP y otras enfermedades raras, promoviendo la sensibilización y la educación sobre estos temas. La visibilidad que se ha logrado a través de la carrera ha permitido que más personas conozcan la realidad de los afectados por la FOP, lo que a su vez ha generado un mayor interés en la investigación y el desarrollo de tratamientos.
La historia de Darío ha tocado los corazones de muchos, y su valentía en la lucha contra esta enfermedad ha inspirado a otros a unirse a la causa. La carrera no solo es un evento deportivo, sino un movimiento que busca cambiar la percepción sobre las enfermedades raras y fomentar la investigación necesaria para mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.
A medida que la carrera se consolida como un evento anual, la expectativa crece cada vez más. La comunidad educativa de La Pola de Gordón y otros colegios que se suman a la causa están decididos a seguir luchando por Darío y por todos los niños que enfrentan desafíos similares. La unión de esfuerzos, la recaudación de fondos y la concienciación son pasos fundamentales en la búsqueda de un futuro mejor para aquellos que padecen FOP.
La tercera edición de esta carrera solidaria ha demostrado que, a pesar de las dificultades, la esperanza y la solidaridad pueden prevalecer. La comunidad se ha unido en un esfuerzo colectivo que no solo beneficia a Darío, sino que también crea un impacto positivo en la sociedad, promoviendo valores de empatía, apoyo y amor hacia los demás.