La economía española enfrenta un desafío significativo debido al alto nivel de absentismo laboral, que se ha convertido en un tema de creciente preocupación para expertos y analistas. Según un estudio de la Fundación Civismo, el coste agregado del absentismo asciende a 45.000 millones de euros anuales, lo que representa entre 3 y 3,5 puntos porcentuales del PIB. Esta situación no solo afecta a las empresas individualmente, sino que también tiene repercusiones en la productividad nacional y en la competitividad del país frente a otras economías europeas.
La tasa de absentismo en España se sitúa en torno al 7%, lo que equivale a aproximadamente 1,52 millones de trabajadores ausentes cada día. De estos, cerca de 330.000 empleados, es decir, el 20% del total, no cuentan con una baja médica. Este fenómeno ha sido objeto de análisis por parte de la Fundación Civismo, que destaca que el impacto del absentismo va más allá de los balances internos de las empresas, afectando directamente a la productividad y al equilibrio presupuestario del sistema público.
Comparando con otros países de la Unión Europea, España presenta una de las tasas más altas de absentismo, especialmente vinculado a problemas de salud. Datos de Eurostat indican que la tasa de absentismo en España es de aproximadamente 6,5%, superando la media europea del 4,7%. Países como Alemania, Italia y los Países Bajos tienen tasas notablemente inferiores, lo que pone de manifiesto una divergencia creciente en la última década. En 2013, las tasas de absentismo eran similares entre España y la media europea, pero desde entonces, el incremento en España ha sido más pronunciado.
Los expertos sugieren que esta diferencia puede estar relacionada con factores estructurales internos, como la organización del sistema de incapacidad temporal y el perfil demográfico de la fuerza laboral. La OCDE también ha señalado que España tiene una de las duraciones medias más largas de los procesos de baja, lo que contribuye al problema. En comparación, en países como Alemania y los Países Bajos, la responsabilidad de las prestaciones recae en mayor medida en las empresas, lo que favorece una gestión más estricta de los procesos de incapacidad.
El informe de Civismo destaca que la duración media de los procesos por contingencias comunes en España supera los 40 días, mientras que en Alemania y los Países Bajos se sitúa entre 25 y 30 días. Esta combinación de mayor duración, menor supervisión y escasa planificación de reincorporaciones genera una presión creciente sobre las arcas públicas.
El impacto del absentismo no se distribuye de manera uniforme entre los sectores. Según datos de Randstad, las actividades postales y de correos, así como los servicios a edificios y jardinería, presentan las tasas más altas de absentismo, superando el 10%. Por otro lado, las comunidades autónomas también muestran variaciones significativas, con Cantabria y Canarias destacando por encima de la media nacional.
La situación ha llevado a que mutuas de accidentes de trabajo y organizaciones empresariales hayan expresado su preocupación ante la OCDE, que está llevando a cabo un estudio comparado sobre el absentismo en España. Este estudio, que se presentará en un plazo de dos años, busca ofrecer recomendaciones para mitigar el impacto del absentismo en el tejido productivo y la economía del país.
En resumen, el absentismo laboral en España representa un reto considerable que requiere atención y acción por parte de las autoridades y las empresas. La necesidad de una gestión más efectiva de las bajas laborales y un enfoque en la mejora de la productividad son esenciales para abordar este problema y asegurar un crecimiento económico sostenible en el futuro.