La situación del santuario de Frank Cuesta ha vuelto a estar en el centro de la polémica tras una nueva denuncia que ha movilizado a un considerable número de agentes. En un contexto donde la protección de la fauna y la gestión de los santuarios de animales son temas de creciente interés, el caso de Cuesta plantea preguntas sobre la legalidad y la ética en el rescate animal. En este artículo, exploraremos los detalles de la reciente denuncia y la situación de los animales en su santuario.
**Un Operativo Policial Inusual**
La reciente intervención policial en el santuario de Frank Cuesta ha sido calificada por él mismo como un acto de acoso. Según Cuesta, un total de 35 agentes fueron desplegados para investigar un incidente relacionado con la supuesta liberación de iguanas en su recinto. Este operativo, que ha sido descrito como desproporcionado, se originó a partir de un video en el que Cuesta aparece soltando iguanas. A pesar de que el animal en cuestión fue devuelto a su hábitat, las autoridades decidieron proceder con un nuevo reporte policial en su contra.
Cuesta ha manifestado su frustración ante lo que considera una persecución constante. En sus declaraciones, ha enfatizado que la denuncia proviene de fuera de su provincia y que no se basa en hechos concretos, sino en interpretaciones erróneas de su actividad. «Todo esto viene de fuera, no viene de Cancha Naburí, ni de la policía, ni de Parques Nacionales de aquí», ha afirmado, sugiriendo que hay intereses externos que buscan desacreditar su labor.
El motivo oficial de la denuncia fue la aparición de una iguana fuera del recinto del santuario. Cuesta se defendió mostrando a las autoridades las medidas de seguridad implementadas para evitar que los animales se escapen. A pesar de reconocer el riesgo medioambiental que puede suponer la cría descontrolada de iguanas, también argumentó que las posibilidades de supervivencia de estos animales en libertad son mínimas debido a la presencia de depredadores naturales en la zona.
**La Realidad de los Animales en el Santuario**
Más allá de las acusaciones y la presión legal, Cuesta ha compartido su preocupación por el bienestar de los animales bajo su cuidado. En un momento de sinceridad, reveló que uno de los animales ha estado enjaulado durante más de un año, lo que le causa un profundo dolor. «Lo llevo viendo 15 meses metido en una jaula», expresó, mostrando su angustia por la situación del animal.
Esta declaración pone de relieve una de las contradicciones más comunes en los santuarios de rescate: la intención de liberar a los animales frente a las limitaciones prácticas que impiden hacerlo. Cuesta, quien se describe a sí mismo como un apasionado defensor de los animales, ha manifestado su deseo de poder actuar con mayor rapidez y eficacia, pero se enfrenta a obstáculos que dificultan su labor.
El estado del animal en cuestión es preocupante, ya que Cuesta ha mencionado que presenta una lesión en una de sus patas. Esto resalta la necesidad de una gestión adecuada y responsable en los santuarios, donde el bienestar de los animales debe ser la prioridad. Sin embargo, Cuesta también ha dejado claro que, a pesar de las dificultades, su compromiso con el santuario y sus habitantes es inquebrantable.
**La Persecución y el Compromiso de Cuesta**
Frank Cuesta ha expresado su preocupación por lo que considera una estrategia de acoso en su contra. Asegura que las denuncias son parte de un patrón que busca desestabilizar su labor y que cada intervención policial es un intento de encontrar cualquier motivo para sancionarlo. En su opinión, la situación es insostenible y se siente atrapado en un ciclo de denuncias y revisiones constantes.
A pesar de las adversidades, Cuesta ha reafirmado su compromiso con el santuario y los animales que alberga. «El santuario se queda en el mismo sitio y los animales se quedan allí», ha declarado, mostrando su determinación de continuar con su labor a pesar de la presión externa. Su mensaje final es claro: aunque la situación es complicada, la satisfacción de ver a los animales en su santuario hace que valga la pena seguir adelante.
La controversia en torno a Frank Cuesta y su santuario pone de manifiesto la complejidad de la gestión de la fauna y el papel de los santuarios en la protección de los animales. A medida que la presión legal y las acusaciones continúan, la comunidad observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos y qué implicaciones tendrá esto para el futuro de los animales en su cuidado.