La Eurocopa Femenina de 2025 está marcando un hito en la historia del fútbol suizo, no solo por el rendimiento de la selección nacional, sino también por el impacto cultural y social que está generando en el país. Rachel Rinast, exjugadora internacional suiza y actual comentarista, ha sido una voz clave en este proceso, destacando la importancia de la Eurocopa para el crecimiento del fútbol femenino en Suiza.
**Un Torneo que Transforma la Percepción del Fútbol**
La Eurocopa Femenina en Suiza ha superado todas las expectativas, convirtiéndose en un evento que ha capturado la atención de la población. Rinast, quien se ha convertido en la primera mujer en comentar partidos de fútbol en la televisión pública suiza, ha expresado su asombro por el ambiente que se vive en el país. «El impacto en Suiza ha sido increíble. La gente está hablando de esto desde hace meses, no solo en las ciudades sede, sino también en los pueblos», comenta. Este entusiasmo ha llevado a que el fútbol, tradicionalmente eclipsado por deportes de invierno, se convierta en el favorito entre las niñas, lo que representa una oportunidad única para el desarrollo del fútbol femenino.
A pesar de que solo un 12% de las personas federadas al fútbol en Suiza son mujeres, esta cifra ha ido en aumento en los últimos años. Rinast señala que el crecimiento es exponencial y que hay una base sólida sobre la cual construir. «El fútbol femenino tiene una energía diferente, y eso es algo que podemos aprovechar para crear algo nuevo y emocionante», afirma. Sin embargo, también advierte sobre la necesidad de mejorar la infraestructura para dar cabida a todas las niñas que desean jugar. La falta de espacio en los equipos y en los vestuarios es un obstáculo que podría limitar el crecimiento del deporte.
**El Apoyo Institucional y la Participación de la Comunidad**
El gobierno suizo ha tomado medidas para garantizar el éxito del torneo, ofreciendo transporte público gratuito a los aficionados que asistan a los partidos. Esta iniciativa no solo facilita el acceso a los eventos, sino que también demuestra un compromiso institucional con el desarrollo del fútbol femenino. Rinast destaca que las jugadoras de la selección están disfrutando de la experiencia, a pesar de la presión que implica competir en casa. «Es un honor jugar en este torneo y sentir el apoyo de toda la afición», dice.
La Eurocopa ha generado un ambiente festivo en las calles, donde se pueden ver a aficionados de todas las edades luciendo camisetas de sus selecciones favoritas. En Lausanne, se ha inaugurado un bar llamado Maison Du Sport, donde los aficionados pueden reunirse para ver los partidos en pantallas gigantes. Este tipo de iniciativas ha contribuido a crear una comunidad vibrante en torno al torneo.
Los números hablan por sí mismos: más de 461,000 aficionados asistieron a los partidos de la fase de grupos, y se batieron varios récords de asistencia. Rinast menciona que la Eurocopa ha sido un catalizador para el cambio en la percepción del fútbol femenino en Suiza, y que el éxito del torneo podría ser un punto de inflexión para el deporte en el país.
**Desafíos y Oportunidades para el Futuro**
A medida que Suiza avanza hacia los cuartos de final, el equipo se enfrenta a la gran favorita del torneo, España. Rinast ve este partido como una oportunidad más que como una amenaza. «No tenemos nada que perder. Hemos llegado hasta aquí y ahora tenemos la oportunidad de demostrar lo que somos capaces de hacer», comenta. La exjugadora sugiere que la clave para el éxito radica en la valentía del equipo: «Si salen a atacar, pueden tener opciones. Si se quedan atrás, será complicado, porque España tiene un ataque imparable».
La Eurocopa Femenina de 2025 no solo está cambiando la historia del fútbol en Suiza, sino que también está inspirando a una nueva generación de jugadoras. Con un enfoque en el desarrollo del fútbol femenino y el apoyo de la comunidad, el futuro del deporte en el país parece prometedor. Rinast, como pionera en el ámbito de la comunicación deportiva, está contribuyendo a este cambio, y su historia es un testimonio del potencial que tiene el fútbol femenino para transformar vidas y comunidades.
