La reciente escalada de violencia en Israel ha puesto de manifiesto las tensiones internas que enfrenta el país, especialmente en lo que respecta a la comunidad ultraortodoxa. El ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, que resultó en la muerte de más de 1.100 israelíes y el secuestro de numerosos ciudadanos, ha llevado a una reflexión profunda sobre la cohesión social y la responsabilidad compartida en la defensa del Estado. A medida que el Tribunal Supremo de Israel se prepara para tomar una decisión crucial sobre la obligatoriedad del servicio militar para los ultraortodoxos, la nación se encuentra en un punto de inflexión que podría redefinir su estructura social y política.
La comunidad ultraortodoxa, que representa aproximadamente el 13% de la población israelí, ha disfrutado de una exención del servicio militar desde la creación del Estado en 1948. Esta exención fue inicialmente concebida para permitir que los hombres judíos se dedicaran al estudio de la Torá en las yeshivás, pero con el tiempo ha generado un debate intenso sobre su relevancia y justicia en el contexto actual. En la actualidad, la comunidad cuenta con alrededor de 1,3 millones de miembros, y muchos de sus jóvenes continúan siendo exentos del servicio militar bajo el argumento de que están dedicados al estudio religioso.
### La Lucha por la Integración
El profesor Yehoshua Pfeffer, un destacado miembro de la comunidad ultraortodoxa y académico en la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha señalado que la situación actual es crítica. A pesar de que ha surgido un mayor sentido de responsabilidad hacia el Estado tras los eventos del 7 de octubre, la aceptación del servicio militar como un deber no ha calado en la mayoría de la comunidad. La resistencia a unirse al ejército se basa en el temor de que la experiencia militar pueda llevar a una pérdida de identidad cultural y religiosa entre los jóvenes ultraortodoxos.
Gideon Rahat, del Instituto de Democracia de Israel, ha criticado la situación actual, argumentando que los líderes ultraortodoxos utilizan la justificación del estudio de la Torá para mantener a su comunidad alejada de la vida moderna. Este aislamiento ha llevado a una creciente frustración entre los israelíes que sirven en el ejército, quienes sienten que están asumiendo una carga desproporcionada en la defensa del país. La guerra en Gaza ha resaltado la necesidad de un ejército más robusto y diverso, lo que ha intensificado el llamado a la inclusión de los ultraortodoxos en el servicio militar.
La presión social para que los ultraortodoxos se integren en el ejército ha crecido, con encuestas recientes que indican que un 71% de los judíos israelíes apoya la eliminación de la exención militar para esta comunidad. Este porcentaje se eleva al 86% entre los israelíes seculares, mientras que solo un 19% de los ultraortodoxos está de acuerdo con esta postura. Esta disparidad refleja una profunda división en la sociedad israelí, donde la percepción de la responsabilidad compartida en la defensa del país se ha vuelto un tema candente.
### El Futuro del Gobierno y la Sociedad Israelí
A medida que se acerca la decisión del Tribunal Supremo, las implicaciones políticas son significativas. Si el tribunal decide obligar al gobierno a implementar el alistamiento de los ultraortodoxos, esto podría llevar a una crisis de gobierno. El primer ministro Binyamín Netanyahu se enfrenta a un dilema: ceder ante la presión de sus aliados ultraortodoxos o atender la creciente demanda de la sociedad israelí por una mayor equidad en el servicio militar.
La situación es aún más complicada por el contexto de la guerra en Gaza, que ha dejado a las fuerzas armadas israelíes con un número creciente de bajas. Desde el inicio de la operación terrestre en octubre, más de 250 soldados han perdido la vida, lo que ha intensificado la urgencia de contar con más reclutas. La comunidad ultraortodoxa, que históricamente ha mantenido una postura crítica hacia el establecimiento de un Estado judío, se encuentra en una encrucijada. Los rabinos y líderes comunitarios están preocupados por el impacto que el servicio militar podría tener en la cohesión de su comunidad, temiendo que la exposición a la vida moderna y secular pueda llevar a una pérdida de identidad entre los jóvenes.
El debate sobre la obligatoriedad del servicio militar para los ultraortodoxos no solo es una cuestión de política interna, sino que también toca fibras sensibles sobre la identidad judía y la cohesión social en Israel. La presión para que los ultraortodoxos se integren en el ejército podría ser vista como un paso hacia una mayor unidad nacional, pero también plantea el riesgo de fracturas más profundas en una sociedad ya polarizada. A medida que el país navega por estos desafíos, el futuro de la comunidad ultraortodoxa y su papel en el ejército y la sociedad israelí sigue siendo incierto.